Seis años después de volverse millonarios lo perdieron todo entre derroches y lujos. En su cuenta bancaria solo quedaban US$8.
Roger y Lara Griffiths ganaron US$1.800.000 gracias a un boleto de lotería en 2005, pero, desafortunadamente, la relación se desgastó y seis años más tarde terminaron separándose cuando ella le encontró un mail comprometedor con otra mujer.
En estos chats, Roger planeaba hacer una escapada amorosa. Cuando Lara le preguntó sobre ello, él le dijo que sí había planeado irse, pero que no había pasado nada más. A raíz de esto, la relación ya no tenía vuelta atrás. Además, descubrió que toda la fortuna que habían ganado la perdieron entre lujos y derroche. Según contó Lara a los medios británicos, de aquellos millones solo les quedaba US$8.
Lara y Roger Griffiths eran una pareja británica común hasta el día en que, en 2005, ganaron US$1.800.000 en la lotería, lo cual les permitió cumplir muchos de sus sueños. Roger era un músico de rock frustrado, mientras que Lara trabajaba como gerente en un centro de estética. Al recibir la noticia, ambos pensaron que su vida cambiaría para mejor, pero el dinero, lejos de solucionar sus problemas, terminó por convertirse en el detonante de una serie de malas decisiones financieras y conflictos que arruinaron su relación y los dejaron en bancarrota.
Uno de los primeros movimientos de la pareja fue abandonar sus trabajos y mudarse a una lujosa casa de campo en West Yorkshire, Inglaterra, valorada en más de US$ 900.000. Invirtieron en renovaciones y decoraciones costosas, además de adquirir autos de lujo, como un Porsche para Roger.
Decidieron darse una vida de lujo, viajando a destinos exóticos, hospedándose en hoteles cinco estrellas y disfrutando de cenas en restaurantes de alta gama. Todo esto comenzó a aumentar sus gastos significativamente, y aunque parecía que su fortuna les alcanzaría, pronto se dieron cuenta de que no estaban midiendo el ritmo al que gastaban.
“Éramos incapaces de tomar decisiones financieras por nuestra cuenta, algo que nos ayudara a invertir y administrar el dinero de manera positiva. No sabíamos cómo hacerlo”, afirmó Lara a The Sun.
A medida que el dinero se agotaba, Roger comenzó a buscar cómo cumplir su sueño de convertirse en una estrella de rock, utilizando una parte importante de su fortuna para producir un álbum con su antigua banda de rock, algo que finalmente fracasó y no generó ninguna ganancia.
Por su parte, Lara abrió un salón de belleza, pero el negocio no prosperó y las pérdidas se acumularon. Sus estilos de vida comenzaron a chocar; los conflictos y las frustraciones por las malas inversiones empezaron a desgastar la relación. Fue en este punto cuando Larta descubre la infidelidad de Roger, aunque él siempre lo negó.
Finalmente, después de años de excesos y fracasos, el matrimonio se derrumbó. La pareja perdió su casa, la mayor parte de sus posesiones, y se vieron envueltos en deudas. Su historia se convirtió en un ejemplo de cómo una ganancia inesperada de dinero, sin la planificación adecuada, puede convertirse en una fuente de problemas y dificultades que afectan tanto la economía como las relaciones personales.
