Era un día cualquiera en Londres, Inglaterra. Hasta que a las 5 de la mañana, en la puerta del Royal Automobile Club aparecieron tres autos juntos y un hombre los fotografió. Por supuesto, sabía que en esa imagen había cientos de millones de dólares juntos.
Estos tres autos eran nada menos que un Mercedes-Benz 300 SLR, con el que Stirling Moss ganó la Mille Miglia de 1955, un Mercedes-Benz W196R, con el que el legendario piloto británico cruzó la línea de meta en primera posición en el Gran Premio de Gran Bretaña, y el Mercedes-Benz 300 SL Gullwing personal de Moss, que utilizó en 1954 como reconocimiento para la Mille Miglia de 1955.
Los tres autos combinados tienen un valor estimado de 500 millones de dólares. Y no es una exageración: son vehículos irreemplazables y con el agregado de pertenecer a la historia de Moss, uno de los mejores pilotos de la historia.
El propio piloto británico describió el Mercedes-Benz 300 SLR de 1955 como “probablemente el mejor deportivo jamás construido por nadie en ningún momento”. Stirling ganó la Mille Miglia de 1955 al volante de este coche junto a su copiloto Denis Jenkinson, logrando una velocidad media de 157,7 km/h, un récord que sigue imbatido hoy en día. Ese mismo año, Moss ganó el Gran Premio de Gran bretaña en Aintree con el W196R.
Stirling Moss, el campeón sin corona
Stirling Moss fue una leyenda de la Fórmula Uno. El piloto inglés fue un caso único: a pesar de su talento al volante nunca logro un título de F1, lo que le valió el apodo del “campeón sin corona”.
Moss fue un grande de “La Máxima”. Respetado por todos, su “mala suerte” se debió en gran parte a ser contemporáneo de Juan Manuel Fangio, de quien a su vez fue un gran amigo.
En el libro “Fangio”, Moss dijo sobre el Chueco de Balcarce: “Entre el ‘56 y ‘58 fuimos rivales y disfrutamos de algunas batallas mientras él se convertía en cinco veces Campeón del Mundo y yo hacía mi mejor esfuerzo para robar su corona”.
Nacido en 1929 en West Kensington, Londres, Moss ganó 212 de las 529 carreras de todo tipo que disputó. Es considerado uno de los pilotos más completos de la historia. Corrió en Fórmula 1, Fórmula 2, Le Mans y la Mille Miglia, entre otras prestigiosas competencias.
Entre 1955 y 1961, fue subcampeón de F1 cuatro veces, y tercero en tres ocasiones. En la máxima categoría logró 16 victorias, 22 podios, 15 poles y 19 vueltas rápidas.
Se ganó el apodo de “Gentleman Driver” cuando en el GP de Portugal de 1958 le dijo a los comisarios deportivos que le dieran el segundo puesto a Mike Hawthorn, su rival, en una decisión que le costaba el campeonato al propio Moss.
A Hawthorn lo habían descalificado por una maniobra, pero Moss dijo “yo hubiera hecho lo mismo”. Desde entonces es considerado un ejemplo de deportista.