El represor y exsub oficial de la Policía del Chaco, Gabino Manader, condenado en múltiples ocasiones por delitos de lesa humanidad, negó haber tenido participación en la privación ilegal de la libertad y tormentos que sufrieron los sacerdotes Joaquín Núñez y Gianfranco Testa, detenidos por razones políticas en 1974.
Las declaraciones de Manader se dieron en el marco de la audiencia de declaración indagatoria que se desarrolló el martes por la mañana vía Zoom. De la misma participaron la jueza Federal de Instrucción 1 de Resistencia, Zunilda Niremperger, quien estuvo asistida por el secretario penal, Sebastián Kapeica. También participó el fiscal Federal ad hoc de Derechos Humanos de Resistencia, Diego Vigay y la defensora pública oficial, Catalina Negretti, en representación de Manader.
¿Qué dijo el represor? Aseguró que no estuvo a Sáenz Peña en la fecha en que se produjeron los hechos denunciados. Que no conocía a Testa y a Núñez. Que había leído las pruebas presentadas y subrayó la presencia de un juez en la causa por la cual fueron detenidos los curas, por lo que aseguró que en ese trámite judicial se respetaron las garantías de los clérigos.
Sostuvo que siempre se manejaba solo en los operativos y que su función abarcaba cuestiones vinculadas con robos y hurtos de la Dirección de Investigaciones. Además, remarcó que Núñez hizo una descripción física de Manader, que no coincidiría con el represor. Afirmó que el acusado tenía contextura física robusta y era “grandote”, algo que no coincide con las características del exsub oficial. Afirmó que próximamente presentará pruebas que avalan su posición. Vale recordar que la declaración indagatoria es una medida de defensa del imputado, por lo que podría mentir o decir medias verdades y no recibir una sanción judicial por eso.
La historia
Cabe recordar que el cura Joaquín Núñez pertenecía a la Parroquia de Quitilipi y Gianfranco Testa a la de Machagai. Ambos pertenecieron originalmente al Movimiento Rural Católico, en los inicios de los años 70. Posteriormente se sumaron a otras organizaciones: acompañaron la conformación de Las Ligas Agrarias, integrada por pequeños productores, al intento de creación del gremio SUDOR (Sindicato Único de Obreros Rurales), luego UATRE, y también a la incipiente Federación de Aborígenes del Chaco.
El 14 y 15 de abril de 1974, fueron detenidos por la Policial del Chaco y trasladados a la Alcaidía de Sáenz Peña, donde fueron torturados por una comisión de la Dirección de Investigaciones de la Policial del Chaco, encabezada por el jefe y sub jefe, Carlos Alcides Thomas y Wenceslao Ceniquel; el sub oficial Manader y el agente, José María Cardozo. El único de esta nómina que aún sigue con vida es Manader, quien actualmente se encuentra con prisión domiciliaria, atravesando múltiples condenas por delitos de lesa humanidad.
La reconstrucción de los hechos realizada por la Fiscalía Federal se asienta en los relatos de las víctimas, declaraciones de otros detenidos, testimonios de las monjas Nuria Puiggros Sampere, Ruth Ligia María Rodríguez y Epifanía Ceferina Neira, además de actuaciones judiciales e informes médicos de la época .
Integrante de la orden de los Franciscanos, Núñez estuvo cinco años detenido en la Alcaidía Policial de Resistencia y en las cárceles federales U7 de Resistencia, Rawson, Devoto y La Plata. En el año 1986, constituyó la parroquia de Caacupé, en el humilde Barrio de Bella Vista, de Rosario. Allí realizó un importante trabajo social durante muchos años. Núñez falleció este martes, en Rosario, donde estaba alojado en un hogar de ancianos, de la congregación de los Franciscanos.
Por su parte, el cura Testa, integrante de la orden “Los Misioneros de la Consolata”, estuvo detenido alojado en la Alcaidía de Resistencia y en la Cárcel Federal U7 de la capital chaqueña. Por su nacionalidad italiana, fue expulsado del país en 1978, durante la última dictadura cívico militar. Ejerció luego el sacerdocio en Nicaragua y Colombia y actualmente reside en Italia.
El caso de los prelados es una ramificación de la causa Ligas Agrarias. El 25 de junio de 2019, el Tribunal Oral Federal de Resistencia juzgó a los responsables de los asesinatos de los dirigentes de las Ligas Agrarias, Eduardo “Ñaro” Gómez Estigarribia y Carlos Píccoli y por tormentos a los trabajadores rurales Santos e Hipólito Brítez y Modesto Meza.
En esta causa, el tribunal condenó al exteniente coronel del Ejército, José Tadeo Betolli y al policía Alcides Sanferraiter a la pena de prisión perpetua por los asesinatos. Al comisario, José Rodríguez Valiente por el encubrimiento al momento de rubricar las actas de los operativos en los que fueron ejecutados los dirigentes liguistas antes nombrados bajo el montaje de un “enfrentamiento” y al comisario general, Eduardo Wischnivetzky, a 18 años de prisión por los tormentos a trabajadores.