Adempas alertó sobre los nueves meses de gestión de Javier Milei, a los que consideró “una práctica totalmente deshumanizada”, que empieza a surtir efectos en los bonaerenses. “En el Conurbano ha empezado a haber un malestar muy grande porque además no se trata de discutir ideología, se trata de que no se puede vivir”, concluyó.
Periodista: Se están por cumplir 9 meses de gobierno. ¿Qué ves en Javier Milei y a qué le estás prestando atención en particular de esta gestión?
Teresa García: Lo primero es el abandono que tiene la gente que gozaba de programas de gobierno. Hablo de medicamentos oncológicos, de medicación en general, la restricción en PAMI, lo que hemos visto ayer con los jubilados, hay una práctica de gestión totalmente deshumanizada, pareciera que no importa la gente. Y en estos nueve meses de gestión nada ha cambiado, todo pareciera apuntar a un Gobierno con intencionalidades de bicicleta financiera más que otra cosa, no hay una inversión en mejorarle la vida a la gente.
P: En las últimas semanas se conoció la visita de diputados de La Libertad Avanza a represores en la cárcel. ¿Qué te pasó cuando viste esa foto? ¿Hay margen para que avancen con los proyectos que tienen en carpeta?
TG: No hay ningún margen para que puedan avanzar. Recordemos que en el gobierno de Macri el fallo de Rosenkrantz, el 2×1, no hizo falta ni siquiera convocar a la militancia política o social, la gente salió espontáneamente en una marcha enorme para rechazar esa idea. Creo que estamos en la misma circunstancia. Verlos me produjo mucha tristeza porque nos costó muchísimo, en los 40 años de democracia, recuperar valores democráticos y que sean juzgados los culpables.
Quienes juran por la Constitución Nacional deben tener un comportamiento distinto, haberlos ido a visitar y ahora con este escándalo que ha ocurrido entre ellos de negar quién fue el que lo organizó, quién no, si fueron engañados o no fueron engañados, nadie va engañado a un penal a visitar a Astiz no sabiendo lo que está haciendo. Yo soy de las que cree que tiene que haber una fuerte sanción por la Cámara de Diputados, porque además son representantes del pueblo argentino violando la Constitución Nacional.
P: Hay muchos balances sobre estos meses y sobre la paciencia de la sociedad. ¿Qué ves en la provincia de Buenos Aires?
TG: La provincia de Buenos Aires ha empezado a sentir la afectación de este Gobierno, donde producto de las decisiones nacionales se eliminó el FONID (Fondo Nacional de Incentivo Docente) y tuvo que hacerse cargo el Ejecutivo Provincial, se eliminaron todos los programas por fuera de la coparticipación que existían, ahora estamos en vísperas de que se elimine el subsidio al boleto de colectivo llevándolo a 1400 pesos y además no estamos aislados, somos parte de este país donde las consecuencias económicas las pagan los bonaerenses también.
Ha empezado a existir un malestar importante. Hay una caída de consumo en productos básicos, la carne, la leche es de alrededor del 25%, aumento de colectivo, ahora este mes de septiembre aumento de tarifas de luz, de gas y de agua, nadie puede pasar indemne frente a esta situación. En el Conurbano ha empezado a haber un malestar muy grande porque además no se trata de discutir ideología, se trata de que no se puede vivir.
P: Hace algunas semanas se conoció la denuncia de Fabiola Yáñez contra Alberto Fernández por violencia de género. ¿Qué te pasó en términos personales y qué impacto tiene en el peronismo?
TG: En términos personales me sentí traicionada por varias cosas. Primero, porque uno trabajó, militó para que esa persona fuera presidente de la Nación. Además, traicionó a su propio pueblo porque mientras estábamos pasando la pandemia ocurrían estas cosas. Las cosas están en manos de la Justicia y hay que comprobarlas, pero a primera vista y con todo lo que sucede y las declaraciones, la verdad que me produce un profundo dolor porque no es la primera vez que uno trabaja para un candidato. Cuando uno trabaja para ese candidato lo que intenta es que las cosas mejoren a partir de esa candidatura, de que corrija las cuestiones en el país.
Todas estas cosas rozan al peronismo, lo lastiman obviamente, como fueron otros casos y otros hechos que lastiman el peronismo, porque también hay una inteligencia emocional en la sociedad que percibe qué cosas pueden ser ciertas y que no y cuánto de desagrado le producen esos dirigentes. Objetivamente rozan y lastiman pero no solamente al peronismo, también rozan al resto de la dirigencia política como vemos hoy con el diputado provincial misionero que tiene una causa por pedofilia.
Estas cosas lastiman a la política porque la gente siente que elige representantes que después terminan con estas escenas. Para recuperar la credibilidad política, para evitar el ‘que se vayan todos de una vez’ y ‘yo voto a Milei’, lo que hay que recuperar es esta empatía con la sociedad y no es desde ese lugar.
P: Muchos empezaron a hablar sobre el presente del peronismo y si es momento de pensar una renovación, una ampliación o, como dijo Axel Kicillof, “escribir nuevas canciones”. ¿Desde dónde se reconstruye?
TG: Lo de canciones nuevas fue bastante gracioso, yo sigo cantando la marcha. A mí me parece que hay que reconstruir al peronismo para recuperar la empatía con la sociedad, para que la gente no sienta que no es por el lado de la política donde se resuelven las cosas, porque lo que estamos viviendo hoy es la antipolítica. Tiene que haber un aire nuevo en la política en general y en el peronismo en particular.
Por otra parte, creo que frente a las cuestiones más graves que padece nuestra sociedad tienen que haber políticas de Estado y esas políticas de Estado se concuerdan con otras fuerzas políticas. No estoy hablando de armar un frente electoral con otras fuerzas políticas, estoy hablando de armar acuerdos políticos frente a políticas de Estado, caso de la justicia, el caso de educación y el caso de salud.
No puede ser que no haya puntos de acuerdo entre las distintas fuerzas políticas y luego la Cámara de Senadores o la Cámara de Diputados sea un campo de combate donde no importa cuánto afecte a la sociedad, qué es lo que pasó con las jubilaciones, sino que lo que importa es el posicionamiento político. Tiene que haber acuerdos políticos, tiene que haber aire en la política, en el peronismo también. Mi conducción claramente es Cristina Kirchner, creo que es la dirigente que tiene más acertado diagnóstico sobre el futuro. Hoy no es candidata y no sé si lo será, seguramente no, no lo sé la verdad, pero sí creo que tiene una mirada bastante parecida a esto y lo ha dicho varias veces, para desatar este nudo hay que tener acuerdos políticos de fondo.
P: ¿Cómo está el armado del peronismo en la PBA? Se habla mucho de las internas.
TG: El peronismo de la provincia de Buenos Aires sigue unido a partir de Unión por la Patria, que es la alianza de todos los sectores kirchneristas, algunos no kirchneristas, el Frente Renovador, que hemos conformado este frente electoral ya hace bastante. Eso permanece unido, no hay ninguna dificultad.
Los ruidos que se reflejan respecto de las internas en la provincia de Buenos Aires, voy a decir algo que no va a resultar simpático, son más intentos de ganar metros de algunos dirigentes que están posicionados para ver cómo discuten en la primera línea. Yo lo he escuchado a Máximo Kirchner bancando al gobierno de Kicillof en las reuniones del Consejo de partido y lo he escuchado a Kicillof sin agresiones hacia este sector, como sin agresiones a Massa y además en la obligación de gestionar la provincia que tiene 17 millones de habitantes.
Cuando uno ve estos dirigentes que apuestan a que se rompa o que dicen que la solución es que Cristina no esté, que esto es lo que me parece gravísimo, están obviando a la dirigente política que tiene más adhesión popular en el peronismo. No se avanza corriendo gente del escenario, esta es la realidad. Es más un posicionamiento personal de algunos dirigentes que además echan leña al fuego todo el tiempo porque quizás crean que puedan ganar algo.
P: El año que viene hay elecciones legislativas, ¿cómo llega el peronismo en términos identitarios?
TG: Uno de los problemas que tiene hoy el peronismo es justamente cómo trasladar lo que fue su identidad hace 70 años en las discusiones del modelo de país, del modelo económico, de la política social, de los trabajadores, todos frentes que está sufriendo nuestra sociedad con un embate muy grande con este Gobierno libertario.
Hay que ponerse de acuerdo, no en demasiadas cosas, hay que poder ser claro con el mensaje, la gente tiene que entender lo que le estamos diciendo, que seguramente no se va a salir de la desgracia que tenemos y que vamos a seguir teniendo, no se va a salir en dos meses, hay que ser sincero con la sociedad, plantearle con sinceridad que estos modelos terminan agobiando y agotando, sobre todo al pueblo trabajador. Una sociedad no se ordena si no es desde el mundo del trabajo.
Hoy sabemos que la mitad del trabajo es en negro, pero aún los trabajadores en blanco están pasando por situación de pobreza, hay que ser muy claro con eso. Hay que ser muy claro con el pago al FMI, hay que discutir el tiempo y el plazo en la discusión con el Fondo y abandonar esta conducta de modelo financiero que estamos teniendo en este momento. El mensaje tiene que ser clarísimo, el mensaje como tuvo Perón, como tuvo Néstor y como tuvo Cristina, la gente tiene que entender lo que le estamos proponiendo.
P: ¿La conducción por el PJ nacional forma parte hoy del debate interno?
TG: No que nos refiera a la provincia de Buenos Aires. La situación social que estamos viviendo, los planteos confusos expresos que hace el Gobierno Nacional para la interpretación de la realidad, todos los días se tira una bomba distinta para generar confusión y correr la mirada, hace que tengamos que tener muchísimo cuidado con discutir autoridades partidarias.
El peronismo tiene que discutir autoridades partidarias en la Nación, ha renunciado Alberto Fernández a la conducción del partido y hoy hay una conducción sustituta con los vicepresidentes que me parece oportuno que esto siga así porque hoy lo que tenemos que estar mirando es el afuera, no el adentro. El adentro no nos va a resolver demasiado previo a un año electoral.
Sí vamos a tener que poner en funcionamiento todos los instrumentos electorales para llevar adelante una elección, Junta Electoral, apoderados, todo lo que implica el partido como herramienta electoral, pero hasta ahí, me parece que la discusión la tiene que dar toda la fuerza del peronismo.
P: Días atrás acompañaste a Cristina Kirchner en el marco del juicio por el atentado que sufrió. ¿Confías en el accionar de la Justicia? ¿Cómo sentís que impactó el caso en la sociedad?
TG: La sociedad es reflejo, muchas veces, de lo que se le comunica o cómo se le comunica. Desafortunadamente y afortunadamente el hecho sucedió frente a las cámaras de televisión, con lo cual, salvo Patricia Bullrich que como buena negacionista también negó el hecho y nunca se solidarizó, todo el mundo vio lo que pasó.
Creo en la justicia sí, en este caso en particular no. La jueza Capuchetti durmió la causa y esto está claro. Desaparecieron pruebas como fue el celular de Sabag Montiel, hubo un diputado nacional que sigue ejerciendo en la banca de la Nación que es Gerardo Milman, comprometido con una conversación, comprometido con su secretarías, a las dos secretarias se les cambió el celular en la oficina de la fundación de Patricia Bullrich, y el actual director informático del Ministerio de Seguridad es el señor que hizo ese trabajo.
Están de más las pruebas, está de más por lo menos de dónde agarrarse para comenzar una investigación seria. Pasaron dos años y esto no ocurrió. Nosotros vamos a seguir reclamando porque además no fue cualquier cosa, fue un intento de magnicidio, no importa si les gustaba Cristina o no les gustaba Cristina, nadie puede creer que un chico que vendía copos de algodón de azúcar tenía ni la intención personal, ni el apoyo de su mamá, de su novia para perpetrar una cosa como esta.
Luego apareció Caputo, luego apareció la hermana de Caputo comprando los muebles en una mueblería con un carpintero de San Isidro, que de casualidad era el que hacía las guillotinas que se llevaban a Plaza de Mayo y las horcas. Yo siempre termino igual: tiene pico de pato, cola de pato y patas de pato es pato, y no lo digo simbólicamente, es pato.