Este jueves mostraron en A la tarde (América) los mensajes que le envió Ricky Diotto a María Fernanda Callejón en los que le reclama dinero por la casa en la que la exvedette vive con Giovanna, la hija que tuvieron juntos.
“Si fueras un poco inteligente me hubieras demostrado con hechos que podés mantener la casa y no hubiésemos llegado a esta instancia, pero no pagás nada. Ni expensas, ni impuestos, nada, y pretendés quedarte a vivir ahí, de arriba. No me equivoqué cuando te dije que eras una sinvergüenza”, leyó Cora Debarbieri sobre lo que el músico le escribió a su exesposa.
Luego, la panelista contó que escuchó un audio en el que Callejón le haría un desesperado pedido a Diotto para no cambiar su estilo de vida y poder seguir viviendo en la casa que habita actualmente.
Asimismo, la periodista explicó que María Fernanda debe dos cuotas de la hipoteca de la casa que compraron con Diotto cuando aún estaban casados.
En tanto, Diego Esteves contó que hace unos meses el músico “se cansó y dejó de pagar porque ella no quiere acceder a vender la casa”. “Lo que dejó de pagar es ni más ni menos que la vivienda donde actualmente está su hija”, cerró Debarbieri. “Deben 100 millones de pesos”, completó el panelista.
Dieron a conocer el problema económico que afrontan Fernanda Callejón y Ricky Diotto tras su separación
A principios de septiembre, Ángel de Brito contó que María Fernanda Callejón y Ricky Diotto enfrentan un conflicto económico a dos años de su separación: un banco los intimó porque adeudan cuotas de un préstamo que tomaron cuando estaban casados.
“Les llegó a ambos una carta documento de deuda, embargo del banco. La carta del banco, cuando es una carta de embargo, como la casa está a nombre de los dos, le llega a los dos, pero vive la mujer en este caso, con su hija”, introdujo el conductor.
Luego, leyó la intimación de la entidad bancaria: “Nos dirigimos a usted en carácter de titular del préstamo bancario con garantía hipotecaria a efectos de intimarlo para que en el plazo de las 72 horas hábiles bancarias-o sea que el lunes con toda la furia- (agregó de Brito) proceda a cancelar las cuotas atrasadas con sus correspondientes intereses, bajo apercibimiento de dar por caídos los plazos contractuales acordados, tornándose exigible la totalidad del préstamo y del oportuno inicio de las acciones judiciales tendientes al recupero del monto adeudado”.