Las múltiples explosiones de “beepers”, que mataron a nueve miembros del Hezbollah e hirieron a otros miles este martes en el Líbano, significaron un durísimo golpe para uno de los grupos armados islámicos mejor organizados, altamente disciplinados e impenetrables de Medio Oriente.
El ciberataque destruyó en un minuto la red de comunicación más primaria del llamado Partido de Dios, considerado terrorista por Israel, Estados Unidos y la Argentina. Se trató, ni más ni menos, de un rotundo mensaje israelí, más allá de su silencio oficial, que sumió en el caos a decenas de miles de sus miembros. No fue un ataque letal e individual como tantos otros, sino masivo y simbólico e involucró tanto al ala militar como civil de la organización, sin distinciones.
El uso de pagers puede ser arcaico, con una tecnología que dejó de usarse desde hace más de 25 años, pero parecía hasta hoy “inviolable”. Los miembros del Hezbollah desconfiaban de los modernos teléfonos celulares y utilizaban estos antiguos “buscapersonas” que reinaron en el mundo hasta fines de los años 80 con mensajes cortos, ideales para cualquier emergencia o propiciar un contacto. Lo usaban los “milicianos”, pero también la burocracia política y civil del grupo.
Sus líderes deberán encontrar ahora rápidamente otra forma de comunicación interna. La telefonía celular es muy fácil de ”hackear”. Pero hoy sus enemigos demostraron que la vieja tecnología también puede ser violada con consecuencias letales. El ataque demostró que la organización puede ser penetrada en términos de inteligencia y en su red digital.
Las comunicaciones del Hezbollah en tiempos de guerra
Hezbollah ha mantenido una aceitada red de comunicación interna, considerada por muchos años compleja y segura. “El grupo se enorgullece de su seguridad operativa”, escribió en The Jerusalem Post el analista Seth Frantzman.
De hecho, tiene su propio sistema de provisión de internet. “Sus unidades no están conectadas con el sistema público, sino con una red propia”, con la autorización del ejército libanés, dijo a TN el analista Said Chaya, coordinador del Núcleo de Estudios en Medio Oriente de la Universidad Austral.
Para el analista, este ciberataque golpea a todo Hezbollah.
“No creo que esto afecte solo a las unidades militares. Esto satura el sistema de salud. Hezbollah es un partido político, no solo con funcionarios y empleados. Es una estructura”, resumió.
El ciberataque sigue a dos durísimos golpes perpetrados por Israel, pero no reivindicados por el gobierno de Benjamin Netanhayu. El primero fue el asesinato del líder de Hamas, Ismail Haniyeh, a fines de julio, en un atentado en Teherán, en el corazón de Irán, principal sostenedor de Hezbollah y los grupos armados palestinos.
Enseguida, murió en otro atentado el comandante Fuad Shukr, “el jefe militar de mayor rango” del grupo libanés y asesor cercano del líder de la organización Hasán Nasrallah.
“Quizás es el momento de evaluar si Israel tiene una serie de activos en Irán que están funcionando bien”, esbozó Chaya.
Ahora, habrá que ver cuál será la respuesta de Hezbollah. Israel permanece en silencio, como lo hace en forma habitual frente a este tipo de acciones. Un vocero del ejército israelí contactado por TN dijo que no estaba en condiciones de dar declaraciones sobre el caso.
Para Chaya, “hay que ver si la respuesta es que no hay respuesta, o si el incentivo externo de involucrarse es mucho mayor”.