Luego que los gremios del transporte anunciaran un paro nacional por 24 horas para el 30 de octubre, que afectará los servicios de camiones, trenes, aviones y barcos, el líder de Camioneros, Pablo Moyano, presiona a la conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT) para que se sume a la medida de fuerza y así darle un tono de paro general a la protesta contra el gobierno de Javier Milei.
“Ante el abandono, la represión, la entrega de la soberanía, a los jubilados y nuestros universitarios, la Mesa Nacional del Transporte convoca a todos los sectores al paro nacional que se realizará el próximo 30 de octubre”, planteó Pablo Moyano. De esta manera, la protesta busca meterle presión al Gobierno y también enviarle un mensaje al sector dialoguista de la CGT.
El paro del transporte fue impulsado por el ala dura de la CGT, entre los que se encuentra el hijo de Hugo Moyano (camioneros), Omar Maturano (ferroviarios) junto a Pablo Biró y Juan Pablo Brey (aeronáuticos). Aseguraron que “no hay acercamiento” con la administración de Javier Milei y que no ven “ninguna posibilidad” que eso vaya a suceder.
En tanto, el Gobierno busca fortalecer la relación con el ala dialoguista de la central obrera. Al mismo tiempo, presiona al secretario de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, para que no adhiera a la medida de fuerza en medio de la negociación por un aumento salarial en período de conciliación obligatoria hasta el 28 de octubre.
En ese contexto, el líder de Camioneros amagó con retirarse de la conducción de la central obrera luego del 30, al cuestionar la cercanía de Héctor Daer y Carlos Acuña al Gobierno. “Después veremos qué medidas tomamos, si la continuidad en la CGT o no”, deslizó. Las declaraciones del dirigente gremialista provocaron un cimbronazo.
Luego, se sumó el secretario adjunto de SMATA, Mario “Paco” Manrique al anunciar que dará un paso al costado de la central obrera. “Voy a renunciar a mi cargo gremial en la CGT. Esta CGT a mí no me representa”, admitió el dirigente mecánico. “Yo no soy partidario del paro, es para momentos muy cruciales. Cuando (el Presidente) vetó la movilidad jubilatoria tendríamos que haber parado”, comentó el número dos de SMATA.
“Con el único que hablé de mi salida fue con Roberto Pignanelli. El gremio respalda mi decisión”, confesó Manrique.
Crisis en la CGT: de los dichos de Moyano a la reunión con Cristina Kirchner
Al cuestionar la cercanía de Daer y Acuña con la gestión de Javier Milei e insinuar que podría renunciar a la central obrera, las palabras de Pablo Moyano generaron “ruido” en la conducción de la CGT. “Dialogar con el Gobierno no sirve para nada: hay que confrontar”, sostuvo Moyano.
En ese sentido, Moyano criticó a sus pares “dialoguistas” que fueron a la reunión con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, a fines de septiembre, para negociar una ampliación de la reforma laboral: “No me voy a sentar a dialogar con nuestro verdugo, fue un error estratégico de los compañeros”. Y remarcó que “hay un montón de cosas que deberían discutirse en la CGT y no se están discutiendo”.
En línea con el líder camionero, el secretario adjunto de SMATA, Mario “Paco” Manrique se adelantó y renunció a su puesto en la secretaría gremial de la central obrera. “No sé cuáles son los objetivos de la CGT y soy el secretario gremial. No hay diálogo, se cortó la mesa chica, me entero más lo que pasa con la CGT por ustedes (la prensa) que por los compañeros”, expresó Manrique.
Para el número dos de SMATA, la actual conducción de la CGT “se encerró otra vez en cuatro, cinco dirigentes que discuten a escondidas”. Y aseguró que “no sabe” qué temas se trataron en los encuentros con los “dialoguistas” de la central obrera con el Gobierno. “Tengo que pensar que era una molestia en esas reuniones”, deslizó en una entrevista a radio 10.
Aunque la gota que rebalsó el vaso en la Confederación fue el acercamiento de Moyano a la expresidenta, Cristina Kirchner. Este gesto reavivó el enfrentamiento en la CGT, donde el sector dialoguista mantiene diferencias con la candidata a la jefatura del Partido Justicialista (PJ) y que sostiene que debe abrir paso a una renovación en la conducción del PJ surgida del debate interno.