Jorge Canteros, Procurador General de Chaco, calificó como «aberrante» el asesinato de Ramón Ramírez, ocurrido poco después de la liberación del principal sospechoso. Sin embargo, defendió el accionar de la justicia y aseguró que no existe la «puerta giratoria» en el sistema judicial.
El reciente asesinato de Ramón Ramírez, un chapista de 58 años que fue atacado mientras se dirigía a un kiosco en la ciudad de Resistencia, ha provocado una ola de indignación en la comunidad. El presunto autor del crimen, Ángel Cabral, alias “Bati”, quien fue arrestado junto a una mujer, contaba con más de 30 causas en su expediente y había sido liberado apenas veinte días antes de cometer un nuevo crimen.
En diálogo con Radio Nordeste, el procurador General de la provincia, Jorge Canteros, se refirió al caso como un «crimen aberrante» y expresó su preocupación por el aumento de la violencia en la región. «Estamos viviendo una época de violencia que no vivíamos años atrás«, declaró Canteros en una entrevista reciente.
El historial delictivo de Cabral Arias Bati es extenso, con más de 30 causas penales a sus 26 años. A pesar de esto, había recuperado su libertad el pasado 9 de agosto. «Es un sistema penal vetusto que hace años no sufre modificaciones«, explicó Canteros, señalando la necesidad de reformas en el Código Penal para evitar que individuos peligrosos vuelvan a las calles tan rápidamente.
Luego de este crimen, y de conocerse los antecedentes delictivos del principal sospechoso, la llamada «puerta giratoria» se puso nuevamente en discusión en la provincia. Canteros nego la existencia de dicha «puerta giratoria» y aclaró que, según la legislación vigente, los jueces de ejecución penal están obligados a liberar a los condenados una vez que han cumplido su sentencia. «Los jueces tienen la obligación de liberarlo cumplida la pena«, afirmó, defendiendo el rol del sistema judicial en este contexto.
El Procurador también subrayó que la situación en Chaco es compleja debido al colapso de los establecimientos de detención. Muchas personas, explicó, cumplen sus condenas en comisarías debido a la falta de espacio en las cárceles.
El asesinato de Ramírez es solo uno de los múltiples casos recientes que han sacudido a la comunidad de Resistencia, donde se han registrado tres homicidios en menos de un mes. «Es una muerte que lamentamos, pero no nos podemos quedar solo con eso; necesitamos buscar herramientas«, señaló un vocero de la comunidad, reflejando el sentimiento generalizado de que algo debe cambiar.
El debate sobre la «puerta giratoria» y la falta de recursos en el sistema carcelario está lejos de concluir. Mientras tanto, la comunidad exige justicia por la muerte de Ramírez y una respuesta más contundente por parte de la justicia y los legisladores para evitar que delincuentes violentos vuelvan a cobrarse una vida.