Agustina Casco murió el 23 de noviembre, cuatro días después de haber sufrido un golpe en un entrenamiento en la escuela de policías “Juan Vucetich”. Ocho meses más tarde, la causa que investiga las confusas condiciones de su muerte cambió cinco veces de fiscalía y se hicieron dos autopsias que no dieron certezas. Ahora comenzaron a declarar sus compañeras.
Desde un primer momento, la familia Casco aseguró que existen responsables sobre la muerte de la joven de 21 años que salió de la escuela de policías para ir a votar el domingo 19 de noviembre y debía regresar por la noche para continuar con el entrenamiento. Sin embargo, terminó internada y el 23 de noviembre murió.
La causa primero cayó en la Unidad Fiscal de Instrucción N°5 de Morón, que se declaró incompetente y envió el expediente a la UFI N°10 del mismo partido, especializada en violencia de género. Al tratarse de un caso que no involucra la violencia de género, dicha fiscalía no aceptó la incompetencia y el caso cayó en la UFI N°4.
Pero esta fiscalía tampoco aceptó esa competencia bajo el argumento de que la escuela de policías está ubicada en Berazategui. De este modo, se envió a la UFI N°10 de Quilmes y se consolidó el cuarto cambio de fiscalía en menos de dos meses.
Durante esos vaivenes en los que la causa pasó por cuatro fiscalías distintas, la familia continuó reclamando. Para aquella época, Jessica Casco denunció a TN que no habían querido entregarle la historia clínica de su hermana y aseguró que el cuerpo no fue preservado como correspondía para la segunda autopsia.
Ese estudio se realizó a fines de febrero y el informe parcial determinó que la joven de 21 años había fallecido por un paro cardíaco no traumático. Según pudo saber TN, esas pericias no fueron concluyentes sobre las causas exactas de la muerte de la joven, por lo que se solicitó que intervinieran distintos entes de medicina para que dieran su opinión al respecto.
Con las dos autopsias que hasta el momento no dieron certezas, llegó una de las últimas novedades: otro cambio de fiscalía. La UFI N°10 de Quilmes denunció que no le brindaron el expediente completo de la causa, por lo que tampoco aceptó la competencia y la causa regresó a la UFI N°4 de Morón. Ahora quien deberá definir es la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires.
“Todas las veces que pedimos que llamen a hablar a las instructoras de la ambulancia, a las instructoras de la fuerza y a sus compañeras no nos escucharon”, denunció Jessica, la hermana de la oficial de 21 años en su momento.
Sin embargo, un día empezaron las indagatorias. Tras una queja presentada por el abogado Rodrigo Tripolone, la fiscalía general le ordenó a la UFI N°4 que avance con las medidas de prueba pedidas por la querella y citó a las compañeras de Agustina Casco a declarar. Esto ocurrió durante los últimos días.
La declaración de sus compañeras: golpes en el entrenamiento, desmayos y una particular manera de darles la noticia
Luego de ocho meses de insistencia, en los últimos días comenzaron a declarar las compañeras que estuvieron con Agustina Casco el día que ella se golpeó en el entrenamiento de defensa personal. Anabela Carranza, Elizabeth Cabello y Ornella Carrasco dieron detalles sobre lo que ocurrió aquella tarde.
La primera de ellas fue compañera de Agustina Casco desde el primer año y compartía el grupo que estaba realizando un ejercicio de reducción, esposamiento y traslado junto a la víctima y a Gabriela Cabrera.
Carranza contó que luego de hacer los ejercicios de elongación notó que “Agustina estaba muy pálida” y reconoció que en ese momento hubo una primera advertencia. “Si bien no se desmayó, se desvaneció como si le hubiera bajado la presión”, relató ante la fiscalía.
La joven aclaró que ante esa situación le levantaron las piernas a su compañera y en cuestión de minutos se recompuso. En ese contexto, aclaró que no escuchó a Agustina quejarse por un golpe y tampoco oyó que el instructor Perin, a cargo de la clase, le hubiera dicho que “fuera a Sanidad para que la atendieran”.
El relato de Carranza sobre el segundo momento de desmayo coincide con el que dieron Cabello y Carrasco: Agustina primero advirtió que tenía ganas de vomitar y unos minutos después se tambaleó porque no podía mantenerse en pie.
“La sentaron en el piso y se acercó la instructora de su compañía, Nievas. Era como si otra vez le hubiera bajado la presión”, detalló la primera en declarar. También agregó que se acercó una segunda instructora, de apellido Herrera.
Según contó la joven, allí se dio el intercambio que confirmaría que no pidieron asistencia médica: “Herrera le dijo si llamaba a alguien, pero Nievas le dijo que no hacía falta”. Al mismo tiempo, remarcó que “tranquilamente podrían haber llamado a alguien”, dado que “Sanidad está dentro de la escuela”. Ornella Carrasco, por su parte, confirmó que Herrera le preguntó a Nievas si llamaba a una ambulancia.
También recordó una charla que tuvo con Agustina, luego de ese segundo episodio, donde le consultó qué le había pasado: “Dijo que no sabía, que en un momento había dejado de escuchar, que todo se tornó borroso y que no se acordaba de nada”.
Acá es cuando se abren diferentes versiones sobre una particular situación que ocurrió durante la madrugada del 24 de noviembre. Anabela Carranza declaró que la despertaron a las dos de la mañana “para tomarle una declaración testimonial de lo que había pasado con Agustina para la ART”.
Según dijo, a Carranza le llamó la atención que el Secretario del Director de la Escuela la llamara a declarar porque “si a Agustina no le había pasado nada en la escuela, no entendía por qué estaba actuando la ART”.
Lo llamativo de esa declaración es que en ningún momento le avisaron que Casco había fallecido. La joven declaró que le avisaron durante el mediodía sobre el fallecimiento de su compañera, “muchas horas después de la declaración”.
A su vez, la compañera de Agustina denunció que de esa declaración no le dieron ni copia ni dejaron asentado todo lo que dijo: solo le hicieron firmar.
La segunda versión la dieron Elizabeth Cabello y Ornella Carrasco, que no fueron despertadas a las 2 de la mañana como Carranza y que formaron parte de un grupo de 9 cadetas que declararon una atrás de la otra a la mañana siguiente de la muerte.
La primera de las dos aseguró que primero hubo una reunión donde “la instructora Centurión empezó a decir que había que ser responsables” y dijo que también las acusó de “no haber avisado de la situación de Agustina”. En aquel intercambio, las alumnas remarcaron que había dos instructoras en el segundo desvanecimiento y un instructor en el primero.
Cabello también señaló que no quisieron escribir su relato sobre el segundo desvanecimiento de Agustina y dijo que se dio cuenta porque “no estaban escribiendo”. Luego, reconoció que la miraron “medio mal, pero finalmente lo agregaron”.
El otro dato llamativo que destacó la joven es que recién cuando terminaron de declarar las 9 alumnas, el director de la escuela “Juan Vucetich”, Rino Oliva, les comunicó que Agustina había fallecido.
Incluso, Cabellos contó que Oliva les negó la posibilidad de ir al velatorio de su compañera en un primer momento. “Dijo que los familiares de Agustina querían a los más cercanos”, reveló la joven, quien explicó que luego de insistir las dejaron asistir.
Esto mismo fue ratificado por Ornella Carrasco, que contó prácticamente la misma versión que Cabello. “Nos pusimos todas de acuerdo y la mañana del día del velorio fuimos a desayunar, pero no desayunamos. Ahí el director dijo que podíamos ir”.
En las próximas semanas continuarán las declaraciones de los diferentes testigos. La querella pidió que se le tome tetsimonio a las compañeras de Agustina, instructores de la ambulancia y de la fuerza.
