Aída Beatriz Máxima Ayala veía en Leandro Zdero no solo a su “mano derecha” sino también a su “heredero político”. En su ambicioso proyecto de poder, él estaba destinado a ocupar su lugar. Tanto así que, a mitad de su tercer mandato como intendente en diciembre de 2013, Ayala creó un puesto de super-secretario a medida para su elegido sucesor en las elecciones de 2015.
Zdero ha sido el socio perfecto en este oscuro camino. Como jefe de Gabinete, su poder se extendía con amplitud y sin escrúpulos, perfecto para alguien que buscaba acumular influencia política. Leandro Zdero, el antiguo cómplice de Ayala, hoy se sienta en la silla de gobernador de la provincia del Chaco.
¿Cómo es posible que alguien tan profundamente arraigado en los esquemas corruptos de la gestión Ayala haya llegado a la máxima posición de poder en la provincia?
CAUSA “PIMP”: ¿Justicia Ciega?
La ingeniera Aída Ayala y su fiel jefe de Gabinete, Leandro Zdero, adjudicaron un contrato millonario para el servicio de recolección de residuos a una firma vinculada a su jefe de campaña, Alejandro Fischer.
Sin embargo, sorprendentemente, la justicia parece obviar el papel central de Zdero en este entramado.
¿Por qué la justicia parece tan ciega ante las acciones de Zdero? ¿Acaso es incompetencia o hay intereses más oscuros en juego? ¿Cómo es posible que alguien tan íntimamente ligado a los hechos más turbios de la gestión Ayala, y ahora como gobernador, quede fuera de las investigaciones?
Mientras tanto, la justicia sigue ignorando las pruebas que apuntan directamente a Zdero. ¿Acaso la justicia selectiva ha encontrado un nuevo blanco en la impunidad de aquellos con conexiones políticas poderosas? Es difícil no cuestionar la integridad y la imparcialidad de un sistema que parece torcerse ante las influencias políticas con quien hoy ocupa el cargo de Gobernador del Chaco
Nosotros no juzgamos ni condenamos. Eso es trabajo para la justicia, quien últimamente tiene más errores que aciertos. Sin embargo, esperamos poder colaborar para que la memoria no se diluya. Es nuestro deber para con el ciudadano.
Hablando de memoria y políticos, sería reconfortante que Leandro Zdero no olvidara que, si algo hizo mal, ya sea por error u omisión, ESTA ES SU OPORTUNIDAD PARA PODER DORMIR TRANQUILO.