Aunque es un hombre muy serio al que pocas veces se lo ve sonreír, Marcelo Bielsa -cada tanto- sorprende a los periodistas contando con mucha gracia alguna historia divertida de su extensa trayectoria. El entrenador, que este sábado está cumpliendo 69 años, provocó las carcajadas generales cuando narró una desopilante anécdota con el padre del Cholo Simeone.
El hecho ocurrió durante un partido de la Selección argentina, en la cancha de River, cuando el Loco era el entrenador de ese combinado, que hizo unas Eliminatorias brillantes pero quedó afuera en la fase de grupos del Mundial de Corea del Sur-Japón 2002 (sí pudo ganar la medalla de oro en Atenas 2004).
El padre del Cholo, Carlos Simeone, había ido a ver a la Selección junto con un amigo, al que en la previa le dijo que tenía un código para comunicarse y darle indicaciones al volante durante el partido. El hombre no le creyó mucho al orgulloso papá, por lo que Carlos trató de impresionarlo enseguida.
”En un momento -empezó contando Bielsa- la pelota se fue afuera y el Cholo iba a hacer el saque lateral cuando se escuchó un silbido muy particular. Era su papá que, desde la platea, trataba de demostrarle a su amigo que lo que había dicho era verdad. Pero Diego no hizo ningún gesto y continuó jugando”, señaló.
Naturalmente, el amigo de Carlos pensó que todo era un invento y empezó a concentrarse en el partido, cuando se repitió la escena: pelota afuera y lateral para Argentina. “El Cholo volvió a escuchar el silbido, mucho más insistente, mientras se disponía a sacar, y de pronto se dio vuelta, miró a la platea, y gritó: ‘Dejame de romper las pelotas’. Imagínense el orgullo de su papá, codeando al amigo y diciéndole ‘viste cómo me escucha’. Una cosa de locos”, concluyó el actual entrenador de la Selección uruguaya.
Nacido el 21 de julio de 1955 en Rosario, Bielsa jugó en las divisiones inferiores de Newell’s y fue convocado a la Selección juvenil. Parecía tener una promisoria carrera como zaguero central hasta que empezó a sufrir por las lesiones. Tras estar un año inactivo fue cedido a Instituto de Córdoba, donde no logró asentarse. En 1980 recaló en Argentino de Rosario y jugó muy poco, por problemas físicos. Eso lo llevó a retirarse cuando tenía 24 años.
Por entonces ya estudiaba el profesorado de educación física y analizaba videos del fútbol europeo que le mandaba el tío de un amigo. Enseguida empezó a trabajar como técnico en las divisiones juveniles de Newell’s, iniciando una carrera que lo llevaría a ser uno de los mejores entrenadores del mundo.
Llegó a dirigir a la Primera División, salió bicampeón con la Lepra y partió a trabajar a México, donde también siguió cosechando éxitos. Regresó a la Argentina para dar otra vuelta olímpica, esta vez con Vélez, y luego de esa experiencia tuvo su debut en Europa, donde dirigió al Espanyol de Barcelona.
Posteriormente, llegó su recordado paso por la Selección. Apenas asumió, se instaló a vivir en el predio de Ezeiza, demostrando una vez más su obsesión por el trabajo. En esa etapa se produjo otra anécdota, cuando salió a correr de noche y recibió la voz de alto de la policía. “No disparen, soy Bielsa”, dijo el DT, escondido detrás de un árbol.
Ídolo absoluto de Newell’s, que incluso le puso su nombre al estadio, Bielsa dirigió a varios equipos europeos (Athletic de Bilbao, Olympique de Marsella, Lille y Leeds United) y también a la Selección de Chile. Hasta que el año pasado asumió como DT de Uruguay. En la reciente Copa América, en la que la Celeste terminó tercera, protagonizó una muy comentada conferencia de prensa en la que acusó duramente a la Conmebol y a Estados Unidos por fallas en la organización y por el mal estado de los campos de juego.
