Hay algo que les ocurre a los espectadores en el final de Joker que vuelve a repetirse en el cierre de la secuela que se verá desde esta semana en los cines. Es una sensación amarga, densa y tóxica. Algo corporal cuyo comportamiento vuelve a darse con exactitud y reverberación: hay mucha incomodidad por lo que se acaba de ver. Pesa.
¿Eso es algo malo? No. Generar una sensación de este estilo es, muchas veces, exactamente lo que pretenden los directores. Es muy claro que Todd Phillips duplicó ese deseo con Joker: Folie à Deux, con la que descendió todavía más que en la primera a la oscurísima locura que vive el máximo villano del universo de Batman.
El realizador agregó un elemento que funciona en tándem con el trabajo físico que hace el protagonista, Joaquin Phoenix. Para la segunda historia tuvo a Lady Gaga, que despliega parte de su hipnótico perfil de popstar para ponerse en la piel de una versión diferente de Harley Quinn llamada Lee Quinzel, pero con los mismos vicios que aquella histriónica villana: su manipulación, siempre, está a flor de piel.
De qué se trata “Joker 2″, la esperada película de Joaquin Phoenix y Lady Gaga
Joker: Folie À Deux es una de las películas más caras de Warner con más de 200 millones de dólares de presupuesto. Su abultada producción se dio exactamente cinco años después del masivo éxito de su primer film: con 65 millones de dólares, aquella historia superó en la taquilla los mil millones y ganó dos premios Oscar. Por eso hay mucha expectativa sobre lo que pueda pasar.
Siguiendo la línea de lo que ocurrió en la primera parte, en Joker: Folie à Deux el personaje de Arthur Fleck termina preso tras los brutales crímenes que cometió, uno de ellos transmitido en vivo y en directo a través de la televisión.
Penando cada vez más, el criminal pasa sus días entre la medicación que le dan en la prisión de Arkham y lo adormece, mientras tiene que tolerar la violencia que ejercen contra él los guardias de seguridad.
Una tarde, cuando es trasladado desde un punto de la cárcel a otro, cruza miradas con una joven, Lee, que está en una sala especial, donde diferentes reclusos tienen la posibilidad de regenerarse con una terapia musical. Ella sale, lo observa y le hace un gesto: la conexión fue instantánea.
Luego de que Arthur conozca a Lee nada volverá a ser igual para él. En ese juego mental que se le impone y que circula con torpeza, aparecen alrededor suyo todo el halo musical que lo condensa, a la espera del día de su juicio que se aproxima sin contemplaciones.
Las grandes referencias de “Joker 2″: entre las comedias musicales y los dibujitos animados
Si hay algo que logró Joker es meterse en el mundo fabuloso de las historietas de Batman sin hacer referencia al superhéroe. En Joker: Folie à Deux se ocupó de agigantar el universo de referencias a los cómics y, también, al cine.
En principio, lo que hay es una devoción del realizador por la música. Si bien no es una comedia en la que el hilo de las conversaciones son cantadas como sucede en cualquier film de ese género, el cineasta hace una mezcla absolutamente novedosa: a lo grisáceo de un thriller carcelario le opone el color de los musicales de la era dorada de Hollywood.
Se pueden abrir tres grandes grupos de referencias en el film protagonizado por Joaquin Phoenix y Lady Gaga. En principio aparecen los dibujos animados de la Warner, que tienen su gran apertura estilo cartoon con un pequeño corto donde al Joker lo persigue su propia sombra, algo importante para el devenir del film.
Luego, todo se vuelve gris, insalubre, pesado, roto y cada vez más oxidado. Es el momento en el que el villano está dentro del penal de Arkham, pasándola lo peor posible. Revictimizándose todo el tiempo.
Acá aparece de lleno el espíritu del subgénero de películas sobre cárceles o encierros hospitalarios, populares en los 70. Varios ejemplos son Papillón, Escape de Alcatraz y Atrapado sin salida, formatos que luego derivaron en films de exploitation en las décadas posteriores, más que nada con mujeres.
Finalmente, las otras menciones, citas o figuraciones en la pantalla están relacionadas con lo musical. Phillips tuvo el lujo de tener a Lady Gaga, que en paralelo al estreno del film lanzó su disco Harlequin. Allí interpreta varios de los temas que se escuchan y algunos nuevos, pero hay una diferencia: en la película el que también canta es Phoenix.
Es por eso que en medio de sus estrambóticas personificaciones, además, Phoenix y Gaga juegan a ser una especie de dupla al estilo Sonny & Cher, en pleno show televisivo de los 70; coquetean juntos con los musicales de Fred Astaire, como Brindis al amor; y también aparecen paraguas de colores mezclados con la lluvia intensa de Ciudad Gótica, en una obvia cita a Cantando bajo la lluvia.
Mientras, de fondo, las canciones de blues, jazz o melódicas como “That’s Entertainment”, “What The World Needs Now Is Love”, “Gonna Build a Mountain”, “Close to you” o “That’s Life”, entre otras, van mezclándose con el humo que se ve en la pantalla y todo se hace cada vez más turbio.
Por qué el espíritu de Ciudad Gótica y Arkham envuelve a “Joker 2″
Esta atmósfera nebulosa ubica al personaje del Joker -mucho más en esta película que en la anterior- en la podredumbre en la que vive Ciudad Gótica, en principio, y en la locura que se respira en el penal de Arkham, en especial.
Si en la primera quedaba claro lo que sufría de manera personal Arthur Fleck, ahora se percibe dentro de un sistema mucho más arraigado de descomposición de la sociedad: lo policial y lo judicial van de la mano con la corrupción.
Además de Joker y Harley Quinn, hay otro de los personajes del universo de Gótica y de Batman que tiene un valor importante. Harvey Dent aparece como el fiscal que pelea para que le den una condena ejemplar al Joker, interpretado con solvencia por Harry Lawtey. Además, el reconocido Brendan Gleeson personifica a un guardia de seguridad sin escrúpulos.
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Joker: Folie à Deux no es una película tan fácil de experimentar ni de digerir. Es un film que, al mismo tiempo que decide extender parte de la trama de la exitosa primera película (a nivel crítico y en taquilla), intenta hacer otra búsqueda. Si el que la ve entra en conexión con ese humo tóxico que la rodea, desplegado cigarrillo tras cigarrillo, es posible que la disfrute. Hay que ir preparado.