Beatrice Francovschi, una mujer de 32 años de edad, había viajado a los Estados Unidos para asistir a un popular festival en el estado de Indiana. La joven tenía como objetivo pasar un fin de semana divertido con amigos, pero las cosas rápidamente empezaron a salir mal.
La mujer, oriunda de Milton Keynes, Inglaterra; se dedicaba a hacer shows con fuego como pasatiempo y negocio secundario. En aquella ocasión, decidió hacer un espectáculo en el campamento con otro artista de la zona.
Pero tan sólo unos segundos después, ocurrió la tragedia. Una ráfaga de viento hizo volar uno de sus ventiladores empapados de combustible, rociando vapores y nafta sobre su ropa y su cuerpo, prendiéndola en llamas instantáneamente. En ese momento, Beatrice temió por su vida.
“Sentía mucho dolor y me quedé en shock, pero sabía que debía mantener la calma, no respirar, mantener los ojos y la boca cerrados y tirarme al suelo”, contó.
“Mi mano, mi brazo, mi hombro y mi pecho estaban en llamas y las llamas subían por mi cuello, mi cara y mi cabeza. Por suerte me había duchado recientemente y tenía el pelo mojado, así que no se incendió”, agregó.
Los transeúntes cercanos corrieron a ayudarla, apagando las llamas en cuestión de segundos. Luego, Beatrice fue trasladada de urgencia al hospital con graves heridas. Allí, recibió tratamiento por quemaduras de segundo y tercer grado que cubrían el 20% de su cuerpo y rostro.
Al principio, los médicos estaban preocupados por la evolución de la mujer. Temían que la inflamación alrededor de su cuello pudiera provocar dificultades respiratorias, por lo que decidieron intubarla para mayor seguridad.
Beatrice afirmó que el combustible utilizado en los Estados Unidos es más peligroso que el del Reino Unido, lo que le provocó quemaduras en el 20 por ciento de su cuerpo en solo unos segundos.
“He estado haciendo presentaciones con fuego como pasatiempo y negocio secundario durante tres años y nunca he tenido accidentes ni quemaduras y no conozco a nadie más que lo haya tenido. Desafortunadamente, no sabía que el combustible era tan diferente al que estoy acostumbrada a usar en el Reino Unido y es mucho más volátil e inflamable, con una temperatura de combustión más alta y vapores inflamables”, dijo Beatrice.
Debido a la naturaleza del accidente de Beatrice, su compañía de seguros no cubrirá los costos médicos, lo que la dejará potencialmente con una deuda enorme.
La mejor amiga de Beatrice, Kali, contó: “La cifra será astronómica. No tenemos idea de cuánto será. Por lo que hemos visto en Internet, es una cantidad de dinero absurda para cosas estándar. Podrían ser cientos de miles”.