Luego de dos meses de juego, Survivor: Expedición Robinson (Telefe) las verdaderas intenciones de los participantes salen a la luz y, poco a poco, van eliminando a los más fuertes. Tras la terrible traición de Eugenia y Mauro, con la que lograron manipular al resto de los isleños, Francisco Pardo se convirtió en el decimoquinto eliminado del reality.
Horas después de ser traicionado por un miembro de su propia tribu, el concursante habló con Teleshow acerca de su experiencia en el programa y no dudó en apuntar contra la jugada de Eugenia: “Nadie quiere sentarse en la final con una persona que se lleva bien con todos, porque sabés que te va a ganar”, expuso acerca de las razones detrás de su partida.
—¿Te viste venir la jugada que hizo Eugenia? ¿La viviste como una traición?
—No. La verdad que no me lo esperaba, fue una traición tremenda porque, más allá de que yo no tenía un vínculo cercano con ella, traicionó al equipo con el que estuvo jugando durante 40 días. Creo que ella tenía algo particular conmigo, que por ahí no me había dado cuenta, pero decía: “No quiero que Fran gane. Lo único que va a hacer es alimentar su ego”. Pienso que había algo de celos por mi vínculo con Aixa porque a ella le costaba vincularse con otras personas y yo representaba algún tipo de frustración o resentimiento en su vida.
—¿Qué esperabas de tu paso por la isla?
—Esperaba que fuera difícil. Obviamente, no esperaba que fuera tan difícil, pero eso es lo divertido de las cosas difíciles: cuando las enfrentás, nunca son fáciles. La verdad es que fui sin mucha expectativa, la decisión la tomé unas semanas antes de ir y, de un día para el otro, me estaba subiendo a un avión, dispuesto a vivir lo que tenía que vivir, con ganas de jugar el juego y, por ahí, divertirme un poco.
—¿En algún momento Aixa y vos proyectaron una relación a futuro o fue pura estrategia?
—Nunca hablamos del afuera con Aixa porque estábamos tan inmersos en el juego, que esa era nuestra nueva vida. La realidad es que vivimos en distintas ciudades y no compartimos un montón de formas de pensar. Entonces, siempre quedó claro, de hecho lo hablamos en el reality, que éramos de mundos muy diferentes. Pero bueno, nos servía en el corto plazo. Nunca se pensó que la relación continuaría fuera. Tampoco fue una estrategia porque estábamos ahí, sobreviviendo. La verdad que Aixa fue una contención emocional tremenda para mí. Fue una confidente, una persona con la que hablaba y me escuchaba todas las noches, una persona que me trataba de dar fuerza cuando la necesitaba y viceversa. Nos aliamos porque queríamos ganar y dijimos: “Bueno, estamos en un juego, vamos a tratar de ganarlo”. Fue una alianza, un vínculo supersano y lindo.
—¿Qué fue lo que más te costó?
—Lo que más me costó fue el hambre. Probablemente, también tanto tiempo abajo de la lluvia, noches enteras. Fue un sufrimiento muy grande al punto de que me dieron ganas de renunciar. No había un lugar donde no te cayera el chorro de agua en la cabeza. Era una situación muy dura y no duraba diez minutos: eran horas. Tuve que sacar una fuerza que no sabía que tenía para seguir.
—¿Y lo que más extrañaste?
—El deseo más cercano que tenía casi todo el tiempo era el de comer. No extrañaba a mi familia, no extrañaba una ducha, no extrañaba nada de eso. Yo lo que quería era comer para tener energía y mi mente estaba focalizada en eso, recién cuando comía algo podía pensar en otras cosas. Pero mientras, mi cuerpo estaba en un déficit calórico tremendo, no podía pensar en otra cosa.
—Si tuvieses que hacer un balance de tu paso por el programa, ¿qué te llevas?
—La verdad es que mi salida fue muy linda porque en cierta forma muchas de las eliminaciones eran por cualidades negativas de las personas y la razón por la cual me echaron fue por mis cualidades positivas: porque era fuerte estratega, líder, buena persona. Era lógico que me querían sacar porque me veían como una competencia. Cuando me fui, todo mi equipo vino a abrazarme y todo el equipo contrario, hasta las personas que me traicionaron. Estoy orgulloso de haberme ganado el respeto de mis compañeros. Eso significa que se dieron cuenta de que en el fondo era una persona honesta, leal y quería hacer las cosas bien, no tenía otras intenciones.
—¿Qué planes tenés ahora que estás de vuelta en la civilización?
—Yo me tomé una licencia de 40 días. Nunca dejé de trabajar y no voy a dejar de trabajar en las empresas de mi familia, pero creo que ahora viene otra aventura, me gustaría vivir experiencias nuevas, como ir a un programa de tele o comunicar algo que creo que es valioso para la gente. No sé cómo lo voy a llevar a cabo, pero me gustaría encontrar una forma de transmitir mensajes lindos que ayuden a las personas, hacerlo como algo secundario y no como trabajo en la pantalla chica, sino como un hobby.