La internación de Guillermo Francos por un cuadro de gastroenteritis que padeció luego de un enfrentamiento con Santiago Caputo alimentó versiones de cambios de gabinete que sacudieron al gobierno y sus aliados.
En el gobierno aseguran que Francos no va a ser víctima de la maldición del informe de gestión. Las versiones de su renuncia se dan días después de su visita a Diputados de la semana pasada. Nicolás Posse fue al Senado el 15 de mayo para presentar el informe y fue echado 12 días después. Si Francos se va del gabinete no será de una manera tan brusca: siempre está abierta la posibilidad de la embajada de Londres, hoy vacía.
«No van a sacar a Francos porque no tienen a nadie», dijo a LPO un diputado que estuvo este lunes en la reunión que Karina Milei encabezó en la Rosada con bloques aliados, en una clara intervención en lugar de Francos, que en ese momento seguía internado en La Sagrada Familia.
«Si salen bien estas gestiones sin él, seguramente aprovecharán para correrlo ya que quedó muy tensa la relación con Santiago», dijo a LPO un armador de Karina en la provincia, envalentonado.
Es que la internación de Francos se dio en un muy mal momento para Milei ya que esta semana el Congreso podría propinarle tres golpes muy duros: la aprobación de los fondos universitarios, y los rechazos al DNU de los fondos de la Side y al veto a la reforma jubilatoria. Si el resultado finalmente no es terrible, los detractores del jefe de gabinete buscarán sacar provecho.
Así como Patricia Bullrich lo calificó de «monje negro» este lunes y el periodista Eduardo Feinmann lo tildó de «contratado», voces del gobierno le piden a Santiago Caputo que se haga cargo del veradero rol que ocupa y que asuma la jefatura de gabinete que ejerce en las sombras y sin firma.
«A Santiago le van a meter presión y no va a querer», admitieron a LPO los libertarios. En ese sentido, si Francos no sigue también se habla de Bullrich para ocupar la jefatura de gabinete, una idea que sobrevuela al gobierno libertario desde sus inicios. Pero la ex candidata a presidenta del PRO no quiere saber nada.
«Ella está cómoda adonde está», dijeron a LPO allegados a la ministra de Seguridad. En un gabinete en el que no abundan las buenas noticias, el gobierno viene festejando el fin de los piquetes y la baja de la tasa de homicidios en Rosario, dos escenarios que la tienen de protagonista a Bullrich. La jefatura de gabinete, por el contrario, suele fulminar carreras políticas.
La ministra, que empezó a meterse en el armado político del gobierno, no está exenta de críticas dentro del gabinete. La acusan de no sumar a la causa a los diputados que en teoría le responden, ni en el Congreso ni en la Legislatura porteña, como sí lo hizo en la Legislatura bonaerense.
Las versiones de cambios también se refieren a un enroque de Martín Menem y Cristian Ritondo. Al riojano se lo vuelve a mencionar para recalar en Interior, hoy en manos del tucumano Lisandro Catalán. Si sale de la Cámara de Diputados, la presidencia recalaría en Ritondo.