La diputada Lilia Lemoine dio testimonio entre lágrimas por una historia de secuestro, maltrato y violación que sufrió en 2006, en pleno debate en recinto sobre la ley de ampliación de datos genéticos.
«Yo fui víctima de violación, golpes, secuestro. Mi violador seguía libre y volvió varias veces a mi casa», dijo antes de reclamar a sus pares que voten el proyecto para que el registro pase a depender del Ministerio de Seguridad antes que la cartera de Justicia, y aseguró que guardó durante 18 años la botella de agua donde habría bebido el violador, para preservar sus datos genéticos.
En ese sentido, expresó: «No sé si sirve o no sirve, la guardé esperando. Y cada vez que el registro de ADN de violadores no se implementaba, yo lloraba y me preguntaba por qué esta burocracia de mierda se pone del lado de los violadores y los asesinos, de los abusadores del poder, de la fuerza, del poder desde todos los estratos de la sociedad».
La discusión del expediente congregó la presencia de Adriana Belmonte, Isabel Yaconis y Jimena Adúriz, madres de Lola Chomnalez, Lucila Yaconis y Ángeles Rawson, pero el proyecto fue aprobado en general y terminó modificado en su artículo 2°, que promovía la apuesta oficialista por meter bajo la órbita de Seguridad el registro de violadores. La oposición logró que ese banco de información permanezca en el rango de Justicia.
Por eso, Lemoine apeló a la sensibilidad de sus pares a la hora de la votación. «Sálvennos la vida, aprueben el registro, mañana discutimos la privacidad de los violadores, mañana discutimos si es justo o no es justo, porque hoy de todos modos un hombre puede ir preso por una falsa denuncia y no se hace nada al respecto», sostuvo, y añadió: «Los inocentes van a seguir siendo inocentes y los culpables van a ser culpables, pero la Justicia al menos, con esta ley, va a tener la posibilidad de salvar vidas».
Luego de su intervención, Lemoine fue aplaudida por varios de sus colegas. Incluso, el peronista Eduardo Valdés cruzó el recinto de punta a punta para abrazarla.
