José Mayans rozó la verdadera razón por la que el Senado no sesionó este jueves cuando dijo en el recinto que «hay gobernadores especulando, con una ruta o una garantía de un préstamo». Sin quórum para darle tratamiento a los expedientes de ampliación del presupuesto universitario y la derogación del DNU que incrementaba los fondos reservados para la SIDE, el líder de la bancada peronista afirmó: «Hay gente que está especulando en la personal y hay gobernadores que se están subiendo la cotización».
LPO confirmó que, en los últimos días, el gobernador Gustavo Valdés habría instruido al presidente del bloque de la UCR, Eduardo Vischi, y su colega Mercedes Valenzuela que retiren su apoyo al proyecto de Boleta Única de Papel, único expediente de interés para el gobierno. Sin esos dos votos y la falta de voluntad del oficialismo para aceptar las modificaciones que reclama la rionegrina Mónica Silva, la Casa Rosada está cuatro bancas abajo de las necesarias para darle sanción al dictamen firmado en el verano.
Las razones de Valdés serían sencillas. Pese a las repercusiones del caso Loan, el mandatario correntino está dispuesto a dar la pelea electoral en el plano nacional a partir del año que viene. Como descuenta que Carlos «Camau» Espínola, senador por la minoría en representación de su provincia, se va a candidatear con sponsor libertario, el líder radical aspira a conservar los beneficios de las colectoras que lo hicieron gobernador.
Bajo esa perspectiva y tras la furia del peronismo por el acercamiento de Espínola a Javier Milei, Valdés habría ordenado a sus senadores que frenen la reforma al código electoral en la Cámara Alta.
Desde el radicalismo correntino negaron que el gobernador esté pensando en el asunto. En el entorno de Vischi pretendieron que «no es un tema que se haya conversado» y descartaron que hubiera mediado un pedido, pero en la cúpula del partido aseguran que el gobernador mesopotámico está en contra del cambio de reglas.
Ante ese escenario los legisladores aliados cerraron filas para aplazar la sesión de este jueves. Tanto Espínola como el salteño Juan Carlos Romero fueron centrales para que al recinto solo bajaran los miembros de UP, con la solicitud de una convocatoria para la cual ni siquiera contaron con la asistencia de la Secretaría Parlamentaria.
La situación fue tan extraña que, durante varios minutos, los senadores peronistas permanecieron en sus bancas sin hacer uso de la palabra. «Tuvieron que ir a buscarlo a Marcelo Fuentes», comentó un libertario que apuntó la reaparición pública del histórico secretario parlamentario de Cristina Kirchner, a quien no se lo veía desde el año pasado.
Pasadas las 14:30, la neuquina Silvia Sapag, vicepresidenta del cuerpo, después de Bartolomé Abdala y Carolina Losada, se sentó al estrado y el cuerpo sesionó en minoría, sin posibilidad de debatir proyectos.
El saldo, a priori, podría ser capitalizado por Victoria Villarruel, que tras los últimos cruces con Santiago Caputo, Karina Milei y el propio Presidente decidió recluirse en su despacho y reducir sus contactos con otros legisladores. «Villarruel veía que Boleta Única no salía y estaba de acuerdo con que no se sesionara», deslizaron en un despacho que todavía conserva buena sintonía con la Vice.
Sin embargo, otra lectura se impone entre los que siguieron esta semana las negociaciones al detalle. Villarruel sabía que la única forma de que saliera el proyecto, si se hubiera contado con el respaldo del radicalismo en pleno, era aceptando los cambios que reclamaba Silva, como lugarteniente del gobernador Alberto Weretilneck.
Como adelantó LPO, en esa provincia aspiran a que el modelo a implementar no sea el cordobés sino el santafecino, que garantiza condiciones igualitarias para las fuerzas políticas que no cuelguen de partidos nacionales.
El problema es que el gobierno no invierte energías en ese cabildeo. «Si se posterga la sesión para la semana que viene, se festeja en el Obelisco», habrían dicho desde el entorno de José Rolandi, vicejefe de Gabinete. Su interlocutor preguntó entonces si se estaba trabajando en los retoques que exigía Silva pero el funcionario del Ejecutivo contestó: «No, todavía falta pero en eso no estamos».
Esa fue la confirmación al Senado de que Milei iría a todo o nada también con el expediente de la Boleta Unica de Papel.
En el recinto, la senadora Juliana di Tullio tildó a los bloques aliados de «paraoficialistas» y demandó que «digan qué están negociando» con el gobierno. En la conferencia de prensa posterior, la mendocina Anabel Fernández Sagasti planteó la necesidad de «sacar las caretas a algunos que se dicen opositores y viven haciendo la gamba».
Mayans, al igual que Fernández Sagasti, conjeturó que los libertarios pueden seguir con este mecanismo hasta fin de año, posponiendo las sesiones porque no juntan los votos para Boleta Única. «Es una maniobra dilatoria: van pasando las semanas y, cuando se sancione la ampliación presupuestaria para las universidades, la van a vetar y vamos a insistir pero ya vamos a estar en diciembre», graficó la legisladora.