El mejor teléfono del año no es un modelo de iPhone o uno de los ejemplares de la serie Galaxy S. El galardón se lo lleva un singular dispositivo que, en rigor, es una carcasa que convierte el Apple Watch en un smartphone. La referencia es a un producto recién lanzado por KDDI, una firma de origen japonés, que revive el diseño del Infobar, un equipo de la marca Sanyo que circuló en el mercado en el año 2003.
Un estuche convierte el Apple Watch en un teléfono
Sí. Tal vez sea exagerado decir que el dispositivo de KDDI es el mejor smartphone del año. Como fuere, es innegable la originalidad de su propuesta.
Tal como señalamos, y recoge el sitio Multicore, la carcasa que convierte el reloj de Apple en un teléfono imita el aspecto visual de Infobar, que fue creado por un diseñador industrial japonés y se destacó en los inicios de este siglo por su teclado ancho, hasta los bordes, el formato más largo que ancho, y la combinación de colores.
En la práctica, lo que hace este dispositivo de KDDI es aprovechar la potencia, componentes y funciones del Watch, proponiendo un uso fuera de lo usual, es decir, no en la muñeca sino como teléfono. Funciona con los relojes más grandes de Apple. En las series de 4 a 6 de 44 milímetros, y en las de 7 a 9 de 45 milímetros. Al probar con los modelos de 42 milímetros también sirve, aunque no encaja a la perfección.
Algunos detalles a tener en cuenta: los botones y la antena son de pinta, es decir, no tienen una función real y solo sirven para mantener el legado visual del mencionado Infobar. Por otra parte, cabe señalar que el estuche no tiene una conexión “tecnológica” con el reloj. Lo que hace, simplemente, es darle una nueva forma y modo de uso al smartwatch.
“Una vez que te acostumbrás al estuche, resulta que el Apple Watch es un teléfono sorprendentemente capaz”, observa la fuente en referencia al modo de uso, que requiere echar mano a la pantallita del wearable a través de una plástica que tiene la carcasa, además de un botón lateral.
Naturalmente, al usarlo fuera de la muñeca se renuncia a muchas de las mejores funciones del Watch, las vinculadas al monitoreo de variables de salud y de la actividad física, que dependen de las lecturas físicas.
¿Quién quiere usar un reloj como teléfono?
Es evidente que este equipo es más una excentricidad —¿acaso un mero homenaje al diseño?— más que un producto con el ánimo de conseguir grandísima popularidad. Como fuere, podría atraer a un público específico: aquellos que prefieren los “celulares tontos” en lugar de los smartphones, para evitar comportamientos asociados a la dependencia tecnológica.
Tal como observan en Multicore, este dispositivo tiene todo lo que se necesita para comunicarse —acceso a mails, servicios de mensajería, etcétera— sin ninguna de las capacidades de doomscrolling, referencia al consumo excesivo de contenido, principalmente en las redes, que no aportan mayores beneficios que pasar el rato.