Julieta Prandi se tomó unos días fuera de sus compromisos laborales, debido a un inesperado revés que ocurrió con respecto a su largo litigio legal contra su ex pareja, Claudio Contardi. La conductora fue diagnosticada con “un cuadro de ansiedad y estrés” y obtuvo una licencia psiquiátrica de 96 horas, con permanente observación médica.
Desde el programa radial que la modelo conduce, Sarasa (La 100), su compañero, Mariano Peluffo contó a Intrusos (América) la razón que motivó a su preocupante cuadro: “Hace años que no le entra un peso de cuota de alimentos. La Justicia falla y (Juli) tiene que pagar una multa de no sé cuántos miles de pesos (800 mil) por haber mencionado al ex”.
Cabe recordar que sobre Prandi recayó un bozal legal que le impide mencionar públicamente los pormenores de la batalla entre juzgados. Lamentablemente, ella rompió el acuerdo y la Justicia decidió actuar imponiendo una fuerte multa por ello. Esta jugada judicial fue posible, luego de que Contardi consignara pruebas que enumeraban todas las veces que su exmujer se refirió a él en los medios.
En total apoyo al caso de su compañera, Peluffo fue contundente con su visión sobre el tema: “Lo que pasa con Julieta es que tiene una espalda gigante. Lo que viene bancando hace años es tremendo. Yo fui a la presentación de su libro, que es una novela y cuando empezás a leerla, se te hiela la sangre”, señaló.
A lo que Mariano hizo referencia, fue a la primera obra escrita de Julieta, Yo debería estar muerta, que presentó en la reciente edición de la Feria del libro y cuyos derechos de autoría, espera vender para llevarlo a la pantalla chica.
El pedido de Claudio Contardi en la causa de abuso sexual que inició Julieta Prandi
En diciembre del año pasado, se conoció la noticia de que el empresario gastronómico iría a juicio oral y público por la causa de abuso sexual. En aquel entonces, el juez de Campana había pedido que fuera por un tribunal por jurados.
Después de cinco meses de espera, en la etapa preliminar en donde se hacen las audiencias y la presentación de pruebas, Contardi pidió que no fuera por jurados, sino que sea un tribunal oral en lo criminal.
Indignada, frente a la posibilidad de que sea un juicio a puertas cerradas, Julieta sentenció: “Me parece un horror porque después de tanta espera que el juicio sea como quiere el delincuente y no lo que pretende una víctima me desilusiona y me desanima. Es muy injusto”.
Acto seguido, llamó a la reflexión: “¿Por qué una víctima tiene que esperar tanto y ellos tienen la posibilidad de tantas garantías e instancias de apelación y cuando finalmente el juez dictamina un juicio oral con jurados, también le permitimos que él lo elija?”. “Él elige todo… Qué injusta que es la Justicia y qué desamparada que está la víctima”, lamentó.