El FMI le advirtió al ministro Caputo que tomará como déficit el bono que emita para pagar las deudas que acumuló con el sistema energético. La decisión del organismo es consistente con su reclamo al ministro para que construya un equilibrio fiscal sustentable y no sólo en base a postergar pagos de obligaciones legales del Estado.
Desde que asumió Caputo ya acumuló una deuda de USD 2.200 millones con las empresas del sector energético, morosidad que le permitió mostrarle al presidente Milei un superávit récord. Ahora el ministro planea cancelar esas obligaciones con un bono del Tesoro.
«Durante el primer trimestre se patearon los compromisos asumidos en el Plan Gas que contractualizó las adquisiciones del gobierno nacional para el abastecimiento del mercado interno», indicó a LPO una fuente reconocida por su experiencia en la materia.
A esto se suma la suspensión de los pagos de Cammesa al sistema de transporte. Como reveló LPO a comienzos de marzo, la transportadora de energía eléctrica más importante del país, Transener, informó al mercado que está al borde de la quiebra porque el Gobierno le retuvo pagos por más de11 mil millones de pesos.
Lo cierto es que el complejo energético del país esta al borde del colapso. «Este gobierno continuó con el esquema de subsidios pero licuando los fondos, con lo cual cayeron en un régimen absolutamente ineficiente», expresó a LPO la fuente consultada que agregó «lo peor es que no tienen una arquitectura tarifaria clara para cada uno de los eslabones de la cadena productiva. La ausencia de política energética precipita la caída de un sector estratégico».
Sin embargo, aunque no tenga un plan claro, el sector energético ocupa un lugar central en la agenda del gobierno. Primero porque los subsidios explican el segundo componente de mayor peso en el gasto público solo por detrás del gasto previsional; y en segundo termino porque se trata del cuadrante del círculo rojo que mas efusivamente respalda a Javier Milei: Paolo Rocca, Jose Luis Manzano, Alejandro Bulgheroni.
La idea de ofrecer un instrumento financiero responde a la necesidad de saldar la deuda con un sector clave sin comprometer la meta fiscal. Otra apelación de Toto a la contabilidad creativa, que esta vez el FMI no parece dispuesto a dejar pasar. Fuentes al tanto d elas conversaciones confirmaron a LPO que el organismo que dirige Kristalina Georgieva le avisó que computará ese bono como déficit, a la hora de sus revisiones del programa.
Lo que pasa es que las sucesivas maniobras que despliegan desde el Palacio de Hacienda causan cada vez un malestar mayor en los burócratas del Fondo Monetario Internacional, que a la distancia predican un manual inflexible frente a la particular coyuntura argentina.
«Se dibuje como se dibuje, los técnicos del organismo entiende que recurrir a la emisión de un bono soberano para cubrir gastos corrientes es un elemento probatorio de las inconsistencias del programa económico, agravado porque se trata de un sector medular como el energético», concluyó la fuente consultada.