La UIF y la Justicia Federal investigan operaciones por más de $1.700 millones entre un profesor de idiomas y un financista vinculado a Hezbollah.**
Las autoridades argentinas han puesto en alerta al sistema judicial y financiero tras la detección de posibles vínculos entre un joven colombiano, residente en Córdoba, y el financiamiento del grupo islamista Hezbollah. La Unidad de Información Financiera (UIF) y la Justicia Federal han congelado bienes por seis meses a Miguel Ángel Fierro Uribe, quien se presenta como profesor de idiomas, y al sirio Tawfiq Muhammad Sa´id al-Law, un conocido financista de la organización terrorista. Las operaciones bajo investigación, que habrían superado los $1.700 millones, se realizaron mediante criptomonedas.
El caso comenzó a resonar en los despachos más altos del gobierno argentino cuando se supo que Fierro Uribe habría realizado decenas de transferencias a una billetera virtual vinculada con al-Law. Este último es un cambista de dinero investigado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por su rol en el financiamiento de Hezbollah. Según fuentes cercanas a la investigación, las transacciones entre ambos se realizaron durante un período de un año y medio, sumando un monto aproximado de 1,5 millones de dólares.
La UIF explicó en un comunicado que la medida de congelamiento de bienes es «provisoria» y busca profundizar el análisis sobre las operaciones sospechosas. El organismo resaltó la importancia de la prevención en el financiamiento del terrorismo, destacando que el monitoreo y las alertas tempranas permitieron tomar acciones contundentes. Este caso se enmarca en un contexto donde el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) está revisando los controles de Argentina sobre capitales de origen ilícito.
Fierro Uribe, quien cursó estudios en la Universidad del Atlántico en Colombia y en la Universidad Nacional de Córdoba, había comenzado a operar con criptoactivos hace aproximadamente un año y medio. Las investigaciones revelaron que los fondos transferidos desde su billetera virtual terminaron en una red controlada por al-Law, quien ya había sido identificado por la Oficina Nacional de Lucha Contra el Financiamiento del Terrorismo (NBCTF) de Israel en un caso de incautación de criptomonedas a Hezbollah e Irán.