Después de deslumbrar en la alfombra roja del Festival de Cine de Venecia con un vestido Dior y un tocado de cuernos, Lady Gaga se convirtió en chica de tapa de Vogue Octubre con un estilismo inspirado en la icónica Harley Quinn, su personaje en la secuela de Joker, la película de suspenso musical Joker: Folie à Deux.
Lady Gaga para Vogue
El primer vestuario, elegido para la foto de tapa, es un diseño blanco plisado de Maison Margiela diseñado por John Galliano que se destaca por la moldería irregular de la falda así como las prominentes hombreras y pliegues que generan un efecto entre futurista y teatral. El vestuario se completó con un tocado voluminosos al tono, medias con roturas y un par de plataformas blancas XXL, sello indiscutido de Gaga.
En el mismo tono teatral y extravagante, el siguiente vestuario fue un chaleco de estampado escocés y una falda a juego, todo de Dior, acompañado por un peinado voluminoso y batido, otro par de zapatos altísimos con plataformas y maquillaje en rojo y negro que resaltó sobre su tez pálida. El make up de alto impacto jugó un rol fundamental en otras apuestas, sobre todo en un look con sombras amarillas intensas y delineado corrido que acompañó con una peluca carré pelirroja y un abrigo de piel azul de Balenciaga.
La artista, comprometida con el empresario Michael Polansky, sorprendió con otro vestido bicolor en blanco y negro firmado por Yohji Yamamoto, de silueta dramática, que sin dudas refleja su impronta, acompañado por un extravagante tocado negro. Al mismo tiempo, se lució también en otros retratos más minimalistas, con el pelo recogido detrás de un pañuelo anudado, que dejó todo el protagonismo a sus cejas decoloradas.
A un mes del estreno de la esperada película con la que comparte protagonismo con Joaquin Phoenix y con la promesa de lanzar nueva música en el futuro cercano, Lady Gaga confirma su status como fashionista y transgresora cuando hablamos de moda.