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De disfrazarse de león en el Italpark a brillar en grandes equipos argentinos: las anécdotas de Beto Luongo

Como jugador integró el recordado plantel de “Los camboyanos” de San Lorenzo y con Deportivo Español le hizo un gol a Boca en la Bombonera. Actualmente, se dedica a la formación de juveniles en Nueva Chicago.

Rafael “Beto” Luongo siempre fue un obrero del fútbol, a pesar de haber conocido las luminarias de la primera división. Se formó en la legendaria Primera B jugando para Deportivo Morón y logró ser parte del San Lorenzo de “Los Camboyanos” y de un admirado Deportivo Español.

“Yo era un jugador de potrero y no podía quedarme en ningún club. Me probé en Nueva Chicago, All Boys, Atlanta y Boca y no pasaba nada, hasta que un vecino me llevó a Morón y en la primera práctica me ficharon. Éramos una familia de laburantes que vivía en San Justo, mi vieja era costurera y mi viejo empleado municipal. Como necesitaba plata para viajar a los entrenamientos y al secundario, los fines de semana junto a mis viejos teníamos un puesto de golosinas en La Rural. Hasta me disfrazaba de león en el Italpark con tal de tener unos pesos” recordó Luongo sobre sus sacrificados comienzos en diálogo con TN.

Beto Luongo actualmente se destaca por ser formador de jugadores y actualmente trabaja en Nueva Chicago. En su primer período en el club de Mataderos logró que llegaran a primera Leonardo Sigali, Mariano Donda, Nicolás Sánchez, Gastón Vega y Ariel Nahuelpan.

Pero, en su pasado como futbolista, vivió algunas experiencias que lo marcaron: “Jugué clásicos calientes como Morón-Almirante Brown, con las dos hinchadas y el alambrado pegado a la línea del lateral. Era crudo pero a la vez apasionante porque esos partidos me sirvieron para llegar con roce a primera”.

Su paso por San Lorenzo fue de apenas una temporada, pero esos momentos vividos siguen impregnados en su memoria: “Cuando llegué, me encontré con grandes jugadores y una hinchada terrible pero lamentablemente estábamos muy solos por el escaso apoyo dirigencial. Ser parte de ‘Los Camboyanos’ para mí es muy gratificante porque, al margen de las necesidades, siempre fuimos por la gloria. Deportivo Morón me cotizó en cuarenta mil dólares y Fernando Miele (presidente de San Lorenzo) ofreció veinte mil”.

"Los camboyanos" de San Lorenzo, el histórico equipo que integró Beto Luongo (Foto: X/@San LorenzoFotos)
«Los camboyanos» de San Lorenzo, el histórico equipo que integró Beto Luongo (Foto: X/@San LorenzoFotos)

Tras dejar Quilmes a cambio de una deuda, Beto Luongo intentó hacer una diferencia económica pasando al fútbol ecuatoriano, pero la experiencia fue dolorosa: “Me fui cuando tenía 32 años y busqué ganar algo de dinero, pero cuando llegué a Aucas echaron al técnico que me había pedido. En ese momento un excompañero y amigo, Leandro Pérez, me recomendó a Liga Deportiva de Quito. Cuando llevaba un par de días en el club se enfermó nuestra hija de un año. Ella tuvo insuficiencia renal y empezó a perder peso. No lo dudamos con mi mujer y nos volvimos a Argentina”.

¿Qué época del fútbol te tocó?

Fuimos de una era donde lo único que queríamos era jugar a la pelota y después cuando uno se profesionaliza, cuidarse para ser jugador de fútbol. Antes no teníamos a mano la tecnología donde todo se podía aprender más rápido, pero había unos maestros que eran de primera. Aquellos conocimientos se lo quiero trasladar a los chicos que me toca entrenar.

¿Qué significó enfrentar a Racing en la “B”?

Debuté como titular en Deportivo Morón justo contra Racing y no pude dormir la noche anterior de lo tensionado que estaba. Ese partido fue en el octogonal que te permitía ascender a primera. La ansiedad que tenía por jugar esa tarde fue tremenda. Racing ganó el primer partido, pero la revancha fue para nosotros. Pasó Racing por haber estado mejor ubicado en la tabla general.

Actualmente, Beto Luongo es formador de juveniles en Nueva Chicago (Foto: TN)
Actualmente, Beto Luongo es formador de juveniles en Nueva Chicago (Foto: TN)

¿Llegar a San Lorenzo fue tu gran logro?

No era normal que un jugador del Ascenso jugase en primera. Roberto “Pipo” Ferreiro, que me había dirigido en Morón, ya se había llevado a Miguel Gambier a Independiente. Tuve la fortuna de que Nito Veiga me conociera cuando dirigía a Gimnasia y fue él quien me recomendó para jugar en San Lorenzo.

¿Empezabas a vivir otra realidad?

Fue impactante tener de compañeros a Walter Perazzo, Blas Giunta y Ortega Sánchez. Me acuerdo que Luis Malvarez, un uruguayo que para mi fue un referente, me decía que jugara los partidos como lo hacía en los entrenamientos. Además viví en carne propia los inicios de José Luis Chilavert, que siendo un pibe tenía una personalidad avasallante y se percibía que podía atajar en Europa. Le ganamos a uno de los mejores Independiente con un gol de Perazzo.

¿El delantero ideal sale de una mezcla entre Miguel Gambier y Walter Perazzo?

El “Pampa” Gambier, a diferencia de Perazzo, aguantaba más la pelota y jugando de espaldas era parecido a Alberto Acosta. Gambier jugó en Independiente pero fue muy resistido y cuando se acomodó en primera la rompió en Lanús y Gimnasia de La Plata. En cambio Perazzo era un exquisito, era un jugador muy fino que tenía nivel de Selección. De goleadores conozco bastante, incluido Gabriel Batistuta a quien tuve que marcar en una práctica entre la Selección Argentina y Deportivo Italiano, pero el más difícil para marcar fue Juan Gilberto Funes.

Walter Perazzo y Beto Luongo (Foto: X/@SanLorenzoFotos)
Walter Perazzo y Beto Luongo (Foto: X/@SanLorenzoFotos)

¿Estuviste en el mejor Deportivo Español de la historia?

Fue una relación impresionante que duró nueve años y terminó siendo mi segunda casa. Sin desmerecer a Deportivo Morón que me dio la posibilidad de ser jugador, Español me permitió darle calidad de vida a mi familia, porque a pesar de no tener los mejores contratos del fútbol argentino, lo que te prometen te lo pagaban en tiempo y forma. La contra fue que nos venía a ver poca gente, porque los socios preferían quedarse en la confitería del club disfrutando de un espectáculo a venir a vernos a nosotros que siempre fuimos protagonistas de esos campeonatos. Tuvimos buenos técnicos como fueron la dupla Oscar López-Oscar Cavallero, Carlos Aimar y Fernando Arean. Con Español le ganamos a Boca en la Bombonera y además hice un gol.

¿Chacarita con Luis Barrionuevo al mando fue un capítulo aparte?

Chacarita es muy parecido a Nueva Chicago porque tienen hinchas genuinos. La diferencia era que en Chacarita después de cada partido los jugadores referentes teníamos que ir a hablar con Luis Barrionuevo. Las charlas con él siempre fueron claras y sin aprietes, incluso cuando nos eliminaron de un octogonal para ascender a primera. Barrionuevo fue un dirigente que siempre estaba cerca del plantel y eso a los jugadores les gusta. Me dio el gusto de que me dirigiera Héctor “Chulo” Rivoira.

Francisco Ríos Seoane, Fernando Miele y Carlos Sacaan, todo tuyo…

Empiezo entonces. Rios Seoane cuando se ponía “cabrón” no te le tenías que acercar, porque te ladraba. Tenía días que no te quería dar ni un vaso de agua pero si estaba bien te prometía cosas para tu familia y era generoso con los premios. Fernando Miele nos dejó muy solo a los jugadores de San Lorenzo en un tiempo difícil para el club y a Carlos Sacaan lo conocí en el club cuando se quiso postular para presidente junto a Rafael Savino. Nos dio una mano cuando no teníamos un peso. Cuando asumió como presidente de Ituzaingó, decidí terminar mi carrera con él.

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