La inflación acumula cuatro meses sin poder quebrar el 4% y los analistas privados dudan de la capacidad del Gobierno para llevar al indicador a la zona del 2% en el último cuatrimestre, a pesar de las pretensiones de Javier Milei y Luis Caputo. La resistencia de los precios y el ancla cambiaria del programa económico profundizarán el atraso del dólar que ayudó al Gobierno a bajar la inflación desde el 20,6% de enero al 4,2% del mes pasado.
El tipo de cambio mayorista aumentó 18,8% en lo que va del año y los dólares financieros subieron entre 24% y 29%. Todos quedaron muy lejos de la inflación, que acumuló un alza de 94,8% en los primeros meses del año. Así, el precio oficial de la divisa estadounidense quedó retrasado, lo que genera varias distorsiones en la economía.
Una de ellas, que se empezará a percibir a medida que se acerque la temporada de vacaciones, es que a los argentinos les resultará barato veranear en el exterior, especialmente en Brasil, que devaluó su moneda en el último año.
Por el lado comercial, Grupo SBS puntualizó que, si bien la apreciación del tipo de cambio real tuvo un importante rol en la desinflación, la continuidad en ese esquema durante más tiempo puede terminar por desincentivar las exportaciones (porque esperan un mejor momento para vender) y alentar las importaciones (para aprovechar un tipo de cambio más barato). En última instancia, eso aumentaría la presión sobre las reservas netas, que se encuentran en terreno negativo.
“Con una inflación acelerándose, tanto a nivel general como de la núcleo, las chances de convergencia al 2% se dilatan. Se demora todo y eso también implica una mayor apreciación cambiaria si el Gobierno no modifica su pauta de crawling peg (devaluación por goteo) al 2%”, consideró Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de Equilibra.
Un reporte de Goldman Sachs se refirió a ese mismo punto. Aunque reconoció que la economía empieza a mostrar algunos brotes verdes y una baja en la inflación, el banco internacional señaló: “La tasa de inflación sigue siendo alta en términos absolutos y por encima del 2% mensual del peso contra el dólar. Esto está llevando a una mayor sobrevaluación de la moneda, agravada por la reciente reducción del impuesto a las importaciones (PAIS) del 17,5% al 7,5%”.
Precisamente, el recorte del impuesto PAIS fue una estrategia del Gobierno para reforzar el ancla cambiaria y busca controlar el alza en los costos de bienes importados o con componentes fabricados en el exterior. Sin embargo, el traslado no es tan amplio. “La reducción del impuesto PAIS bajó algunos precios puntuales en la primera semana de septiembre. Ahora, lo que el Gobierno tiene que perforar es el 4% mensual. Es posible, pero todo se dilata”, apuntó Sigaut Gravina.
Aunque el índice general de inflación se mantiene en 4%, el comportamiento de los productos y servicios que lo componen es heterogéneo. En ese sentido, el análisis de la consultora Outlier indicó que los precios de los bienes que se pueden exportar (transables) se mueven a un ritmo más cercano a la devaluación oficial del 2%, mientras que el resto no se acopla tan rápido a esa tendencia.