Barracas Central recibió a Instituto en el Palacio Tomás Adolfo Ducó, de Parque Patricios, con la misión de obtener una victoria que le permita acercarse a los cuartos de final de la Copa de la Liga. El duelo entre el Guapo y la Gloria fue seguido de cerca por la mitad de Avellaneda y Núñez, dado que la producción del combinado liderado por Alejandro Orfila podría incidir en el destino de Independiente y River Plate.
El conjunto local fue el primero que amenazó con la llegada del gol, dado que un temible disparo de Maximiliano Zalazar hizo lucir a Manuel Roffo, quien voló hacia el ángulo para mantener la igualdad. En cambio, la respuesta del elenco cordobés llegó por la vía aérea, ya que un cabezazo de Facundo Suárez rebotó contra el travesaño y en el rebote Ignacio Russo no logró enviar la pelota al fondo de la red. En el mítico escenario porteño había promesa de un gran espectáculo.
Luego de la pausa por hidratación y unos instantes antes de que los jugadores se fueran al descanso, Barracas Central logró festejar el 1 a 0 en una llamativa escena que provocó la protesta colectiva de la visita. Un tiro de esquina que derivó en una serie de rebotes le permitió a Alan Cantero tocar hacia el palo derecho del arquero y celebrar su controvertida conquista. Es que el ex Boca exigió una presunta infracción del propio Cantero cuando intentó despejar con los puños. De todos modos, el árbitro Luis Lobo Medina, avalado por Fernando Echenique desde el VAR, convalidó el tanto del Guapo.
En el complemento Instituto hizo todos los méritos para alcanzar la igualdad, pero los palos y Moyano evitaron el grito cordobés. Por esos motivos que no encuentran muchas explicaciones en el fútbol, cuando los de Orfila peor la pasaban, encontraron el segundo tanto para imponer la tranquilidad. Asistencia profunda de Cantero y definición de Lucas Brochero: 2 a 0.
No conforme con la ventaja de dos goles, el Guapo siguió lastimando y volvió a capitalizar al desgracia ajena cuando Miguel Brizuela interpretó un cierre defectuoso y transformó el triunfo en goleada con una maniobra carente de estética y efectividad que descolocó a Manuel Roffo. Con el 3 a 0 aparentaba estar todo resuelto en Parque de los Patricios.
A diez minutos del final los de Diego Dabove tuvieron su premio consuelo a la perseverancia. Facundo Suárez fue el que logró descontar un pleito que parecía liquidado. Si bien Instituto creía en el milagro, Orfila continuó moviendo piezas para reforzar a la última línea de Barracas Central y cuidar la ventaja. Es que además de la victoria, al Guapo también le interesaba tener una buena diferencia de gol.
En un final no apto para cardíacos, Rodrigo Insúa, en contra, estableció el 3 a 2 y desde las tribunas se escuchó una canción espontánea que imponía el temor al fracaso. “Movete Barracas movete, movete y dejá de joder”…. La hinchada estaba loca y no aceptaba un resultado adverso después de estar 3 a 0 arriba.
La expulsión a Jonás Acevedo en el final marcó la impotencia de la visita, que se quedó en las puertas de pelear por un lugar en la siguiente instancia. Barracas Central, en tanto, afrontará “una final” contra Argentinos en la última fecha, en un compromiso que también será seguido de cerca por el Rojo y el Millonario. Es que todos quieren estar entre los ocho mejores del torneo doméstico.