Alicia Azula, administradora del Puerto de Barranqueras, alertó sobre la preocupante situación del río Paraná, cuya altura ha caído a 80 centímetros. Esta bajante afecta gravemente la operatividad portuaria y la economía de la región.
La histórica bajante del río Paraná ha llevado al Puerto de Barranqueras a una situación crítica. Actualmente, el río ha descendido a 80 centímetros, un nivel preocupante que afecta gravemente la operatividad portuaria y la economía de la región. Alicia Azula, administradora del puerto, manifestó en diálogo con Radio Nordeste su preocupación en una entrevista reciente, subrayando que «la normalidad es de 2,50 metros», lo que contrasta fuertemente con la situación actual.
«Hoy estamos en 80 centímetros y en baja», señaló Azula, y agregó que “ni siquiera los barcos areneros pueden operar en estas condiciones”. Esta situación, además de paralizar el transporte fluvial, ha obligado al puerto a depender exclusivamente del transporte terrestre. «Hoy somos un puerto seco», afirmó Azula, describiendo el impacto que la bajante está teniendo en las actividades comerciales.
La administradora del puerto también destacó la necesidad urgente de llevar a cabo obras de dragado en el Riacho Barranqueras para evitar depender de las fluctuaciones naturales del río. «Queremos depender de acciones y no de la naturaleza», expresó, indicando que un mantenimiento constante del canal sería crucial para mantener la operatividad del puerto.
Azula también se refirió a las repercusiones económicas de esta bajante. Según explicó, el puerto ha dejado de mover carga fluvial, lo que representa una pérdida significativa para la provincia. En una reciente reunión de la mesa interdisciplinaria de la hidrovía, se discutió la importancia del Puerto de Barranqueras dentro del corredor bioceánico, que conecta el Atlántico con el Pacífico, y que es vital para el comercio con mercados asiáticos. «Hemos sacado carbón para Oriente», mencionó Azula, subrayando el potencial del puerto si se logra superar las barreras impuestas por la actual bajante.
Ante la pregunta sobre las perspectivas hidrometeorológicas, Azula fue clara: «No podemos depender solo de la naturaleza». Las condiciones climáticas, exacerbadas por el fenómeno de La Niña, hacen que las perspectivas para la primavera no sean alentadoras. La fluctuación del nivel del río, que hace apenas dos semanas estaba en 2,50 metros, y hoy se encuentra en 80 centímetros, evidencia la volatilidad de la situación. «Barranqueras deja de ser un puerto eficiente y un puerto creíble», concluyó Azula.