La Libertad Avanza toma forma. Hasta el 2023 fue simplemente el nombre de un frente electoral. En los papeles, ese título murió la noche del balotaje que llevó a Javier Milei a la presidencia de la Nación. Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, entendió rápido la necesidad de que su hermana tenga una estructura política propia y sólida para sostener el proyecto libertario. La apuesta más grande en ese sentido fue acercar al PRO como su principal aliado. En ese paso, el partido amarillo se desdibujó y entre sus filas hay cada vez más dirigentes vestidos de violeta. Con el respaldo de los Milei, Patricia Bullrich se mueve para acelerar esa fusión.
En los estudios cromáticos se suele decir que al mezclar el violeta con el amarillo, dos colores complementarios, se obtiene un color con tono de gris. Es decir, ni negro ni blanco. Una especie de medio difuso en el que se pierde la nitidez. En una extrapolación de ese esquema al mundo político, es eso lo que los Milei quieren evitar. El Jefe de Estado llegó al poder expresando ideas fuertes, lejos del centro ideológico. La propia Bullrich describió ese proceso en una reciente entrevista en LN+, con la periodista Laura Di Marco. “Juntos por el Cambio (JxC) tenía una crisis de envejecimiento político”, sostuvo la ministra de Seguridad de la Nación.
Bullrich explicó que la interna del PRO confundió al electorado de JxC y lo llevó a una posición “incómoda” en términos de representación política. En ese mismo reportaje, que fue muy comentado el fin de semana en los chats del PRO y La Libertad Avanza, la ministra analiza las consecuencias de aquella estrategia de la difunta coalición electoral que encabezó en las elecciones de 2023. Con críticas al posicionamiento de Horacio Rodríguez Larreta y a Martín Lousteau, la funcionaria la importancia de “gestionar en una dirección”. Es decir, la gestión no es un fin en sí mismo, sino una herramienta cuyo sentido lo da el marco ideológico que pregona quien conduce un gobierno.
Como si eso fuera poco, Bullrich también aprovechó la misma entrevista para apuntar contra Mauricio Macri. “Hay momentos en los que sos el protagonista y otros en los que tenés que dejar que el protagonista sea otro, porque es el actual Presidente de la Nación”, fustigó la ministra de Seguridad. Se refería a la imagen que dejó la cena de la Fundación Libertad en abril, cuando irrumpió Milei en el salón y todas las miradas abandonaron al ex Presidente y se posaron sobre el líder de La Libertad Avanza. “Nadie lo tiene que tomar mal ni ofenderse. Igual, Macri es un ex Presidente y tiene un lugar. Eso lo da una importancia fuerte. Ahora, el Presidente de la Nación es el Presidente de la Nación”, aguijoneó Bullrich.
Karina Milei, el centro de la foto
Fueron declaraciones que graficaron el clima interno que vive el PRO ante el crecimiento irrefrenable de La Libertad Avanza. El jueves pasado, Karina Milei invitó a un grupo de diputados del PRO y otros libertarios a la Casa Rosada. Era la primera vez que la secretaria general de la Presidencia difundía una imagen en la que ella encabeza una reunión. Es algo habitual. Se trata de la persona más poderosa del Gobierno a la par del Jefe de Estado.
La imagen habla por sí misma. Karina Milei está en la cabecera de una larga mesa, al lado de una bandera Argentina. A los costados se ubican diputados nacionales del PRO y La Libertad Avanza. Con un detalle no menor: los legisladores están entre mezclados. Una fila amarilla, pero en el medio algún representante violeta. Lo mismo en la hilera de en frente. Participaron Cristian Ritondo, Damián Arabia, Silvana Giudici, Silvia Lospennato, Martín Maquieyra y Hernán Lombardi por el PRO. Mientras que estuvieron los libertarios Martín Menem, José Luis Espert, Nicolás Mayoraz, Santiago Santurio, Gabriel Bornoroni. Además de Eduardo “Lule” Menem, asesor y armador político de Karina Milei.
El cónclave duró cerca de una hora. Karina Milei saludó a cada uno de los diputados. A algunos del PRO no los conocía y les pidió respetuosamente que se presenten. Hicieron un balance del proceso legislativo, se refirieron al paro general de ese día y acordaron afianzar la alianza parlamentaria.
El PRO le acercó una serie de propuestas legislativas que piensan impulsar. Karina Milei las recibió y los diputados oficialistas se comprometieron a respaldar esas iniciativas. Destacan proyectos como la ley Ficha limpia y Boleta Única. También la “Ley Conan”, que fue especialmente ponderada por la hermana del Presidente. Se trata de un articulado presentado por el bullrichista Damián Arabia, que busca reformar la Ley de Maltrato animal para agravar las penas de quienes violenten a las mascotas y animales.
La foto de esa reunión fue el síntoma de un proceso que empezó el 10 de diciembre último y se concretó con la media sanción de la Ley Bases: el PRO ya actúa como un partido oficialista. Bullrich siguió de cerca la reunión. Se enteró del cónclave por una llamado de la propia Karina Milei, quien le comentó del encuentro con legisladores libertarios y amarillos.
Es un asunto que genera debates internos entre el macrismo y el bullrichismo. Así como también entre la facción del PRO que se identifica con las ideas de Horacio Rodríguez Larreta. Enfrentada con Macri, Bullrich acelera el proceso de fusión política. Pretende que el partido que ella presidió incorpore disciplina partidaria ante la voluntad de Milei. Es algo que resiste Mauricio Macri, que esta semana asume formalmente como presidente del PRO. El ex Presidente arenga a los legisladores de su espacio para que respalden las iniciativas de Balcarce 50. No obstante, busca que el sello que fundó conserve autonomía e identidad propia.
Macri también tiene matices en la implementación de políticas y en algunos aspectos del rumbo de la gestión. Sugiere ideas que no son tenidas en cuenta -al menos, no se ejecuta-. Respecto al armado político, conoce que la propuesta de Karina Milei con La Libertad Avanza desafía al PRO, aunque no ignora la necesidad de que un Presidente tenga una estructura institucional propia.
En este contexto, Macri decidió pausar una actividad para oficializar su elección como Presidente del PRO. En el partido deambuló una idea sobre un posible encuentro entre dirigentes amarillos para congratular la asunción del titular de la Fundación FIFA. Pero quedó archivada hasta previo aviso. Según supo Infobae, en el círculo macrista deslizan que no hay confirmación sobre la posibilidad de hacer un evento partidario pronto.
El ex Presidente enfoca su energía en respaldar la aprobación de la Ley Bases, que tiene una parada compleja en el Senado. Y espera al 25 de mayo, día del Pacto con gobernadores, para acompañar a Milei en la firma de ese “gran acuerdo” político. Macri guardará silencio estratégico y sólo se expondrá cuando estime prudente comunicar algo con un objetivo concreto. Mientras tanto, articula políticamente de forma reservada.
El Gobierno está decidido a liderara un frente de derecha que polarice contra el kirchnerismo y todo partido que orbite en torno al espacio que conduce Cristina Fernández de Kirchner. La lógica narrativa de Milei actúa en consecuencia. Es agonal y confrontativa. Esa dinámica ordena de a poco el nuevo mapa de poder, tras las elecciones de 2023. En el medio no hay nada: ese lema digitará el camino hacia las legislativas de 2025. Macri lo sabe. Piensa con cautela el mejor horizonte para el PRO.