Este 5 de septiembre se cumplen 78 años del nacimiento de una de las mejores voces de la historia de la música, porque Freddie Mercury trascendió ampliamente al rock. El icónico cantante del grupo Queen, fallecido de Sida en 1991, dejó una millonaria herencia que terminó como una maldición familiar.
Tras una larga y penosa batalla contra el virus HIV, Mercury murió el 24 de noviembre de 1991, a los 45 años, y seis meses después se conoció su testamento, que generó enormes enconos en su familia y amigos más cercanos.
Mary Austin, quien había sido su amiga, luego novia y terminó como acompañante permanente luego de que se desencadenara su enfermedad, fue la gran beneficiaria del testamento. La mujer, a la que llamaba “esposa”, se quedaría con la mitad de sus bienes y su dinero. También fue para ella Garden Lodge, la mansión valuada en 23 millones de dólares, donde ella vive hasta el día de hoy sin haber modificado nada desde entonces.
Sin embargo, la mujer, de 73 años, vive una maldición como consecuencia de ello. Por un lado, la mansión se convirtió en punto turístico y todos los días llegan fanáticos que dejan notas, prenden velas y pintan grafitis, alterando la tranquilidad de ese lujoso lugar residencial.
Esta situación le trajo serios problemas con los vecinos, que la acusan de ser la responsable de que el exclusivo barrio londinense se haya convertido en “un basurero”. Mary sufrió varios colapsos nerviosos y padece enfermedades crónicas que le impiden salir de la mansión.
“Todo está como lo dejó Freddie, con los colores que eligió él y los muebles que le gustaban, ¿por qué cambiarlo?”, dijo la mujer, que además debió lidiar con el resentimiento de familiares y amigos del músico, que se sintieron traicionados por la decisión. A Jim Hutton, su última pareja le dejó 600 mil dólares, al igual que a Peter Freestone, su asistente y a Joe Fanelli, que había sido su cocinero.
Aunque la suma no era para despreciar, teniendo en cuenta su relación con Freddie y su condición de última pareja de él, Jim se sintió postergado y entró en una guerra con Mary, ya que le impidió el ingreso a la mansión para llevarse algunas pertenencias que según él eran propias.
Víctima de un cáncer, Hutton falleció en 2010 sin haber cerrado las heridas por la decisión de Freddie de haberlo postergado en su testamento y por la actitud de la principal heredera. Muchos coincidieron en que Mercury había sido injusto con él, porque cuando contrajo HIV él le propuso dejar la relación para evitar el contagio y sin embargo Jim se mantuvo a su lado siempre: “Te amo, y quiero seguir contigo”, le dijo Hutton.
Tampoco quedaron felices con la decisión del cantante sus padres y su hermana, que debieron contentarse con el 25 por ciento de su fortuna. Nunca quisieron volver a la mansión y pocas veces se refirieron públicamente a Freddie.
Ambos padres fallecieron, pero su hermana Kashmira, que vive en Nottingham, aseguró que tiene un inmenso cuadro de Freddie en el living de su casa. “Me da la sensación de presencia, que sigue ahí mirando todo lo que hago”, señaló.
Otros que se sintieron afectados por lo dispuesto por el genial vocalista fueron sus compañeros de Queen, que no estuvieron incluidos en el testamento. Brian May, Roger Taylor y John Deacon prefirieron no expresarse en los medios sobre el tema, pero el descontento era inocultable.
Mercury había nacido en la ciudad de Zanzíbar, Tanzania, el 5 de septiembre de 1946 y su verdadero nombre era Farrokh Bulsara. En ese momento, el país africano era un protectorado británico, por lo que cuando se produjo la revolución su familia se trasladó a Londres.